...es ese puercoespín lleno de púas y suaves pliegues. Carajo, estaba enamorado del DF. Otro amor imposible a la lista.Una ciudad para querer, para querer locamente. En arrebatos...
-Hector Belascoarán Shayne-

>> jueves, 31 de diciembre de 2009

Ya estuvo bueno de este güey escribiendo, no?

Al menos este año...jaja, Bohemian Rhapsody....by The Muppets, buenas noches.

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>> lunes, 28 de diciembre de 2009

No cariño, no estás enferma, no estás deprimida. No es el frio, no le temes a la oscuridad. Sí, es el desamparo, la ausencia física, la angustia que sientes por ese chico, el ausente, el que quieres esta noche junto a ti. El mismo que está acostado en su cama, a cientos de kilómetros de ti, recreándote, congelándose en el invierno de tu ausencia, pensándote, soñándote, deseándote para sí, ¿lo ves?

Sienten lo mismo el uno por el otro.

Ahora explícame una sola cosa ¿Por qué siguen siendo sólo amigos, si ambos se aman?

(Tus ojos son claros, los suyos inocentes, no es difícil darse cuenta de eso)


Sin titulo por el momento, siempre escribo, los titulos...soy malo elijiendolos, buenas noches.

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3:45

>> domingo, 27 de diciembre de 2009

Hoy le toca turno a Sandra, la veré a las seis de la tarde en punto, en el ángel de la independencia. Como es mi costumbre, llegue a la avenida treinta minutos antes, para dar alguna vuelta, hojear algún libro, sonreírle a alguna chica, pasar algún rato sólo. En cierto momento vi a un chico que arrastraba (llevaba) a una chica completamente ebria a la avenida, lo conozco, trabaja en un bar cercano, la conquista de esta noche, supuse. En la otra acera, delante de mí, la chica de hace dos meses. La del Kahlúa Bar…que ojos…que labios…que pechos…que error. Es transexual…..con aluna piedra debí tropezarme algún día, ¿no?

Así, caminando sobre Insurgentes, a la altura de la zona rosa escuche una canción que ha sido mía desde Rebeca: “Con alguien mejor”, de Los Estrambóticos.

Es toda una historia, y sé quienes me leen la conocen, así que no será necesario agregarla a esto. Solo diré que se resume en cuatro minihistorias, en cuatro llantos, en un intento de suicidio y en incontadas (si, escribí “incontadas”, no “incontables”, contar sexo es de mala educación) noches en hoteles, departamentos, casas e incluso ríos…Lo cual termino creando una duda en mi cabeza. ¿En verdad hay alguien mejor? ¿Sí? ¿En qué?

Recuerdo a un chico, atleta, adinerado, de buen andar…”bonito pero estúpido”, con quien me quiso olvidar la chica S, él me odiaba y yo lo sabía. Un día, en una fiesta en la que coincidimos, ella me vio, yo no. El pinchador comenzó a mezclar canciones de La Cuca, La lupita, Los Estrambóticos, El Gran Silencio, Panteón… aunque algo más pincho mi espalda después de cuarenta minutos.

Reconocí la canción en los primeros versos y reí al recordarla, ya tenía a cuestas dos historias con ella, nunca creí que esa noche se sumaría una más.

En pleno trago de Red Label sentí una presión en mi zona lumbar, al darme la vuelta reconocí los risos de ella, las esclavas de oro de él, los ojos almendrados de ella, aderezados con ternura, que me veían como en nuestros tiempos (había culpado a los tres whiskies de la noche, hasta las tres cuarenta y cinco de la mañana).

-Es tu canción Vícto…- Lo único que escuche antes de que los labios de él asesinaran a la R de mi nombre en los labios de ella. Se fueron juntos, él con esa hermosa sonrisa estúpida en los labios, ella con los ojos viéndome a través de los parpados. Sentí un par de manos que jalaban las solapas del saco hacia mi derecha- No te preocupes cariño, yo te daré lo que esa perra no te d…- otra frase agonizante y un par de labios tintados de azul sobre los míos. No me costó trabajo encontrar a alguien…pasaron tres horas, risas, bailes, un par de besos subidos de tono y debajo del cuello…(supongo que el morado se notara cuando lave el azul sobre mi piel)

Terminamos la botella, me despedí de los amigos, y de la chica de nombre desconocido que bese esa noche. Llegue a casa, me desvestí, lo único que quedo sobre mi fue el collar de conchas y el dolor de cabeza. Cuando estaba por acostarme vi luces intermitentes en el celular, que indicaban un mensaje en el buzón de entrada. Eran las tres cuarenta y cinco, el mensaje de las dos de la mañana, media hora después del teatrito arriba descrito.

Prdnam hectr staba muert d cls, no soprta q habl d ti, t vio y m dijo q keria q te nclara, me obligo a hacr sto, qando salimos disqtims, c enojo, m grito, lo trmine y fue peor, c fue y m dejo ahí fuera, tom 1 taxi para llegar a ksa, t ncsito a ti t kiero, llamam X favor

-Es muy tarde, ya debe estar dormida, la llamare a primera hora de la mañana, espero no haga una tonteria. Ahora sólo quiero dormir y quitarme el labial azul de la boca, del cuello y del pecho- Dije a mi pared antes de tirarme sobre la cama y apagar la luz.

Y entonces, cuando me llega un mensaje de texto (una llamada, un golpe en la puerta) entre las tres y cinco de la mañana, es cuando sé que el otro no era mejor; que no dejo de ser “ella” por mi, simplemente se complemento; que le sigue importando esa tarde; más importante que las últimas dos: que me sigue extrañando.

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50 errores

>> sábado, 26 de diciembre de 2009

Este si...este también...ni hablar de este...etse no...este tampoco... en este nunca había pensado...

Chicas, un par de consejos....no diré más...Bueno si, chequenlos, piensenlos...lo demas ya es su bronca.

La Política del Coger - 50 Errores que las mujeres cometen al tener sexo – escrito por una mujer

1. Suponer que él puede tener una erección durísima cuando te conviene. Al contrario de la creencia popular, los hombres no pueden tocar un switch para erguir su pene porque tú decidiste dejar de ser una perra frígida. Hacer que tenga una erección es tu responsabilidad. Sugiero que averigües cómo hacerlo.

2. Pensar que besar necesita ser algo dulce y bonito todo el tiempo. A veces presionar tus labios contra la boca de tu pareja mientras te excitas es lo máximo. Depende de la situación.

3. Dejar que él sea responsable de tu orgasmo. Tú sabes lo que te excita. Dile. Si no lo haces, es tu culpa cuando está roncando y estás volviéndote loca por falta de satisfacción sexual.

4. Esperar que se abracen. Los hombres y las mujeres son diferentes. El sexo hace que la mayoría de las mujeres quieran hablar y crear un lazo íntimo y todas esas tonterías. Eso hace que los hombres se desmayen. Es algo biológico. Deja de luchar contra ello, y deja de echarle la culpa. No es su culpa.

5. Esperar que se duerma contigo en sus brazos. Esa mierda se vuelve incómoda después de un rato. Un poco de abrazos no es irracional, ¿pero cuando se trata de dormir? Un brazo colgado por tu hombro debe ser suficiente.

6. Esperar que él siempre te inunde con encanto y romance. A veces es bonito. A veces. Pero esperar que siempre sea como de rosas y velas es como esperar que tú te portes como estrella de pornografía todo el tiempo. Si no estás dispuesta a hacer eso, no esperes que él cambie para ti.

7. Ser egoísta en la cama. Sin importar la mierda que nos obliga a creer la revista Cosmopolitan, es sexo NO sólo se trata de nosotras. Supéralo.

8. Usar Cosmopolitan como Biblia del sexo. No sé quien inventa la mitad de esta mierda, pero estoy bastante segura que necesitan terapia.

9. Quejarte cuando el empuja tu cabeza hacia su pene en vez de acariciar tu pelo. ¿Sabes por qué está empujando tontita? Porque no lo estás haciendo bien, y aparentemente has ignorado las demás insinuaciones que te ha dado. Presta atención a las señales que te está mandando.

10. No moverte para nada. La posición del misionero (con el hombre encima) no es una excusa para no hacer nada.

11. Esperar que él se desvista con algo de gracia. Él está a punto de conseguir concha. Conténtate con que se quitó los pantalones por completo. Si te importa tanto, desvístelo tú.

12. No afeitarte las piernas. No soy muy buena para esto tampoco. Pero si quieres que tu hombre no tenga una barba rasposa, debes sacar y usar tu maquinilla de afeitar.

13. Permitir que tu ingle huela como la jungla amazona. Si, la depilación con cera duele. Si, algunas personas no quieren estar sin vellos. Está bien. Si te gusta el vello, bien. Si tienes piel sensible y no te puedes afeitar, lo siento por ti. Pero por amor de dios, corta ese vello si quieres que él pase tiempo por allí abajo.

14. Suponer que el sexo significa una relación. La única relación que tienes es que ahora ha metido su pene en tu concha. Allí termina todo a menos que se diga lo contrario.

15. No hacer el sexo oral sólo porque estás en tu mes. Él no lo hacía. A menos que quieras que él no haga sexo oral por causa de sus propios altibajos hormonales, sugiero que te compres unas rodilleras.

16. Esperar que él averigüe lo que te gusta según los sonidos que haces. Usa tus palabras. ¿Alguna vez has escuchado cómo suenas cuando estás teniendo sexo? Si te escucharas en un casete, y alguien te pidiera una explicación de lo que causa un sonido u otro, 67% de las mujeres respondería con respuestas como "Me golpeé el dedo del pie" o "Subí por unas escaleras" o “Estaba instalando tablaroca”.

17. Dejar que los condones sean responsabilidad de él. Si eres activa sexualmente e insistes que él use un condón, sugiero que compres una caja y que la mantengas junto a tu cama. No todos los hombres los tienen a la mano, y es tanto tu responsabilidad como la de él. Si piensas que eso te convierte en puta, no debes tener sexo. Regresa a la escuela.

18. Si te pones nerviosa cuando él habla con palabras sucias. Un poco de fantasía puede ser bonito. Si él te trata con respeto todo el tiempo, no debes de ofenderte cuando te llama su pequeña putita sucia. Cuando te dice puta y que te vengas, es su manera de mostrar que le importa si te satisface. Deja de ser delicadita.

19. Negarse a ser espontánea. Sé que esto suena escandaloso pero a veces el sexo FUERA de la recámara es divertido.

20. Despreciar un rapidín sólo porque no es un lento maratón sensual. El sexo es algo dinámico. Hay una energía cruda impresionante cuando sólo tienes 20 minutos pero necesitas a alguien tanto que lo haces medio vestida contra una pared. Reajusta tu pensar.

21. Ser demasiada refinadita como para decirle qué es y qué no es aceptable antes de tener el sexo. Sé honesta. Si él pregunta si puede darte un pinchazo en el trasero, y te ríes y dices "no" como si fuera una invitación, no te sorprendes cuando él "accidentalmente" pone su pene en tu trasero.

22. Esperar que él te desvista. Me pongo un sostén casi todos los días. Sé sin duda que quitarlo no es siempre fácil. Ayuda al hombre.

23. Desvestirte en la oscuridad. Si eres tímida, baja las luces, pero dale al hombre algo que ver. No debes quitarte la ropa de prisa y luego esconderte de repente bajo la colcha tampoco.

24. Negarte a estar encima. No hay por qué los hombres deben hacer todo el esfuerzo todo el tiempo.

25. Tener esa expresión aburrida en tu cara. Los hombres se fijan en lo visual comparado con las mujeres. Dale algo que ver. Ponte encima y arquea tu espalda un poco. Muévete. Haz algo para indicar que 1) no estás muerta y 2) no has sufrido una apoplejía menor que te haya dejado sin poder moverte.

26. Esperar que haga todo el tocar mientras estás encima de él. Es tu cuerpo, estás acostumbrada a él. Juega con tus tetas, frota tu clítoris, haz algo para que su trabajo sea más fácil.

27. Tener demasiado miedo para guiar la mano de tu pareja cuando te está tocando. ¿No te gusta la manera en que lo está haciendo? Toma su mano con suavidad y muéstrale cómo te gusta.

28. Meterte a la cama con él, desnudarte, fajar y luego decidir que sólo quieres que se abracen, luego ponerte ofendida cuando él quiere más. Es tu decisión detenerte, pero no te pongas toda sorprendida cuando lo confundas. Lo tienes desnudo en tu cama, ¿Qué más pensabas que iba a pasar?

29. Negarte a dejar que él tome el control. Así que eres feminista. ¿Y qué? Dejar que él tome las riendas no hace que lo seas menos.

30. Negarte a tomar el control. Está bien gatear, cruzando la cama para empujarle hacia abajo y echarte encima. No es su responsabilidad iniciar las cosas todo el tiempo.

31. Olvidar que él tiene un cuerpo que le gusta ser tocado también. Los hombres tienen cosas como espaldas, hombros y panzas y otras partes que son agradables para besar y tocar. Pierdes muchas partes buenas al enfocarte sólo en su pene.

32. No hacer caso a sus testículos. En serio, allí están. Bésalos, lámelos, chúpalos, ten una relación con ellos, pero hazles caso.

33. Abandonarlo antes del final. No hay nada peor que cuando una chica excita a un hombre y luego se va porque no quiere complicaciones.

34. Salir con todo un discurso sobre no ser un objeto sexual cuando él intenta coger tus senos. Por dios, sólo une uno con el otro y disfrútalo. Tendrás una hermosa vista.

35. Esperar que él te trate como una muñeca de porcelana. Detesto dar malas noticias pero no te vas a romper hermana. Hacerlo contra una pared te da un moretón en el hombro. ¿Y qué? Míralo después y ríete del recuerdo.

36. Negarte a tratar de hacer otras cosas en el nombre de "hacer el amor". No estás haciendo nada. Estás desnuda con otra persona. Haciendo muecas y sonidos extraños. Deja de convertirlo en algo romántico.

37. No tomes las cosas demasiado en serio. El sexo es divertido. En realidad es divertidísimo. En algún momento, alguien se va a caer de la cama, va a golpear su cabeza con una lámpara, patear a un enano o tropezarse encima de una cabra por accidente. Es como te enfrentas a todo eso, lo que de veras importa.

38. Quejarte como arpía cuando él sugiere un sexo entre tres. Es el sueño de muchos hombres. (Sé que mi ex está leyendo esto ahora, así que haré una rápida interjección. Una petición de sexo entre tres está bien. Hacerlo cada 5 minutos no lo es. Hay que saber la diferencia.)

39. Seguir haciéndole el sexo oral a un hombre cuando sabes que tienes la boca horriblemente seca. En serio. Agarra una botella de agua.

40. Uñas. Es una cosa trazarlas por la espalda de tu pareja. Es otra cosa cuando agarras su mercancía con unas garras.

41. Quejarte cuando te deja algo de su leche encima. Estás teniendo sexo. Esas cosas pasan. Esa es la finalidad. Aclara dónde sí puede y dónde no puede eyacular su leche y déjalo así. Acuérdate, cierra los poros de la piel.

42. No hacer nada de sonidos. Gime. Grita su nombre, o algo para que él sepa que es el mejor que has tenido, incluso si no lo es.

43. Fingir los orgasmos. No lo hagas. Al fingir un orgasmo (SI te cree) él piensa que hace todo bien. Y si él no sabe lo que no funciona, no lo va a cambiar. Empezar un círculo vicioso de sexo no gratificante eventualmente dañará a su ego.

44. No asearte antes del sexo. Sé que el sexo es algo espontáneo, pero esto es más bien una afirmación general. Si no te has bañado ese día, y las cosas huelen un poco a … mariscos… exigir el sexo oral es un poco ridículo de tu parte.

45. Cualquier cosa que involucre insertar algo en su cuerpo que no sea aprobado específicamente de antemano. No me importa lo que dice Cosmo, algunas cosas simplemente no son gratas sorpresas.

46. Negarte a usar aceites / crema batida / otras sustancias sucias pero divertidas porque tienes sábanas finas egipcias de algodón que fueron hechas a mano por la única persona capaz de duplicar ese mismo patrón. Se pueden lavar.

47. Hacer todos tus preparativos para dormir antes de tener el sexo. Sí, dormir con maquillaje puesto es malo. Pero ahora no es el momento para quitártelo. Puedes hacer algo mejor que eso. Y en realidad, coger con tu montón de pelo debajo de una redecilla y con crema para el acné en tu nariz no es la gran maravilla.

48. Limpiar después del sexo. Limpiar su leche es una cosa. Pero cambiar las sábanas de inmediato para poder ponerlas en la lavadora y luego desinfectar todo lo que tu cuerpo desnudo pueda haber tocado no es la manera de hacerlo.

49. Hacer todo un alboroto si él pierde una erección. Esta no es una interrogación o juego de 20 preguntas. Pasa. Lo más probable es que él está mortificado por que tú NO estás ayudándole. Abstente de usar frases como “pasa a todos”. Sólo cambia a otras actividades hasta que su pene se ponga duro de nuevo, y si no pasa, excítate de otra forma con él. Él todavía puede estimularte. Mascullar “Olvídalo” y luego darte una vuelta no está bien.

50. Hacer preguntas justo después. Es el equivalente para las mujeres de decir "¿te gustó?". Ahora no es un buen momento para preguntar “¿Qué significa todo esto?”. En ese momento, lo más probable es que significa que necesita tomar algo, ir al baño, y tomar una siesta, quizá no en este orden.

Tomado de aca http://tweekerchick.blogspot.com/

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De divanes, pezones...perdones

>> miércoles, 23 de diciembre de 2009

Ayer, en la mañana y en el hospital vi a mi antigua psiquitra. Por estas fechas, el año pasado, estaba sentado frente a ella ignorandola levemente "Ese muchacho tiene problemas con las figuras de autoridad, las reta demasiado, bla bla bla". No pude evitar escribir algo al respecto.
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Si me dices que el estornudo de un koala huele a eucalipto, ¿tengo que creerte?

Si te digo que soy claustrofóbico de mi mismo cuerpo, ¿tengo que creerme?

Si te creo más grande que yo, ¿tengo que crecerme?

Me hablas para que yo te hable. (Preguntas/Contesto a veces al revés). Tomas notas en un lenguaje distinto al mío. Te metes en mi cabeza cuando quieres y aprietas todos los botones con guantes de látex.

Cruzo las piernas como sólo saben cruzarlas los monjes del Tibet (y yo). A través de la mesa de cristal escribes mis gestos en folios blancos y alineados. Todo está limpio. El consultorio de un psiquiatra es el lugar más aséptico del mundo. Me miras y sueltas la pluma. Fijo la vista en tu escote. Para vivir de un diván tienes un par de pechos estupendos.

- ¿En qué piensas? - me preguntas.

- En koalas - te miento.

De repente estornudas y de tu boca sale volando un chicle que acaba pegado en una pluma de mi atrapa-sueños (de hoy en adelante se llamará atrapa-chicles también). Lo tomo, es de eucalipto.

- Perdón - me dices tomándolo de mi mano.

- ¿Pezón? ¿qué pezón? - suelto extrañado.

- He dicho "perdón". ¿Por qué has entendido "pezón"?, ¿en qué estabas pensando realmente, David?

- Anoche soñé que era un faquir tumbado en una cama de pezones.

- Te lo estás inventando. Acabas de morderte el labio.

- No te soporto.

(Silencio)

- Se está acabando tu tiempo por hoy. ¿Alguna cosa más?

- Sí. Últimamente me siento desproporcionado.

- Bien. Prosigue - me dices cogiendo de nuevo la pluma. Escribes.

- Mi carcasa nunca se amolda a mi maquinaria. O me siento grande por dentro y me
aprieta la piel, o me siento pequeño y me sobra pellejo. En cualquier caso creo que sufro de "claustrofobia corporal". ¿Eso existe?

- Ya son las ocho.
Saco de la cartera un billete de quinientos pesos y un par de cien, los dejo sobre la mesa y me levanto.

- Hasta el viernes, David. ¡Felices fiestas!

- Sí, claro.

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K y J

>> lunes, 21 de diciembre de 2009

Comían en aquel restaurant argentino, el que tenía en la fachada al personaje favorito de J. Ese que juntos habían descubierto tiempo atrás en una tarde lluviosa. Cuando el amor se escurría y se derramaba como las gotas que descendían de sus cuerpos. Cuando el amor se reflejaba en el brillo de los ojos hermosos cafés de K; en el semblante radiante de su rostro, en el calor eléctrico que recorría su espalda; en el constante murmullo que reclamaban sus pieles para tocarse una y otra y otra y mil veces. En las miradas lúcidas y platónicas de ambos. Cuando escuchaban violentamente los golpes del corazón como gritos del tiempo resurgiendo segundo a segundo. Cuando los labios de K y J se entrelazaban y, las horas eran suyas y, el tiempo se detenía. Y algo se contraía (o todo lo hacía, tripas, neuronas, músculos, seres), y cuesta respirar. Maldito amor. Se vive caminando sobre una cuerda angosta y rígida, al borde del abismo.

Aquella noche, las cosas eran distintas, poco quedaba de las sensaciones antes descritas. La intensidad se desvanece, la rutina desgasta, la costumbre es lamentable. El amor expira, caduca, desaparece o, se vuelve blando, débil, molesto, pesado.

Esperaban la comida. K, se entretenía con el celular, hacía figuras con los cubiertos, jalaba y acomodaba el mantel. J, por su parte, fijaba la vista en un punto inexacto, ahí donde comienza la nada.
Comieron sin decir una palabra. Eran un silencio aterrador, largo, eterno, sin fin. Un ambiente frío, desolador, distante, separaba a K y J en aquella mesa. Sus miradas apenas se cruzaron. Un paño cubría el brillo de sus ojos hermosos cafés de K, su rostro era inexpresivo, duro, ausente.

De pronto, J tuvo un sobresalto, un presentimiento, un “algo”. Había llegado el momento. Era la hora de poner fin a la relación. Abandonaría a H esa misma noche. No regresaría a la casa que juntos habían compartido meses, horas y minutos y segundos. Hacía tiempo que esa idea le martillaba la cabeza, ¿por qué esperar a que todo se queme lentamente? No demoraría más.

Comenzó a buscar las palabras precisas, las palabras correctas, palabras que no fueran a herirla. Pero en estos casos no hay palabras de esas, no existen. Estaba decidido. Armaba en silencio oraciones sencillas para expresarle que no se trataba de K, que necesitaba un tiempo para estar solo y, todas esas justificaciones que caracterizan a los cobardes. Por qué J lo era, era un cobarde, un tipo como cualquier otro, confuso, inestable, miedoso. Prefería abandonar la paz, la tranquilidad, la seguridad, el cariño y el amor de K, a cambio de incertidumbre, a cambio de nada. Huir finalmente.

Imaginaba la escena, K llorando desconsoladamente, J tratando de dar explicaciones más sutiles que aliviaran su dolor. Sintió un gran alivio imaginar lo contrario, K reaccionando de manera serena y tranquila, como si K también lo estuviera esperando.

J pidió la cuenta. El tiempo se agotaba, era el momento. Respiro hondo, busco la mirada de K, un ligero brillo volvió a resplandecer de los ojos hermosos y cafés de K. J mantuvo la mirada, los ojos de ambos de inundaron de lágrimas. K sonrió, se acercó a J, tomó una de sus manos y se acerco lentamente hasta unir sus labios con la mejilla sin afeitar de J. Fue un beso grande, besos que solo se dan cuando son los últimos. Cuando se separaron, K pronunció las primeras (y unicas) palabras de la noche: “Vámonos de aquí, llévame a donde quieras y hazme el amor despacio, toda la noche”. J envolvió los brazos sobre la cintura de K y, se fueron.

Epilogo:
El coche de J aparca fuera del departamento a espaldas de Parque Delta, son las diez de la noche. La vida vuelve al motor del Minicooper a las seis menos quince de la mañana, J lleva una maleta con un par de jeans, un par de camisas y el cuaderno de notas. Fuera de la maleta, en la mejilla, lleva una lagrima; en la garganta, un nudo; en el pecho, dolor; en los pies, pesadez y en la cabeza, la certeza de que no hay vuelta atrás.

En el porche del edificio se encuentra k de pie, con una bata sobre el cuerpo semidesnudo, húmeda, llena de aquella alquimia que sólo J y ella logran producir, con la misma lagrima de J pero en la mejilla contraria (uno es el complemento del otro hasta el final).

Ve el coche arrancar.
Ve el portón entrecerrarse.

Les duele.

Cierra completamente el portón de hierro y se desploma, llorando
Acelera, llega a algún sitio con transito pesado, estrella su frente contra el volante, llorando.
____________________________________________________________________________Chic@s, esto NO pasa en la realidad, buenas noches.

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Afinando...

>> martes, 15 de diciembre de 2009

Recuerdo la primer noche cómo manager de “The Crow Songs”, la banda de una amiga del CCH, tuve que cargar con la mitad del equipo en el golf que acababa de comprar. Cerca de las dos de la madrugada terminamos de desmontar el equipo y de llevarlo, entre cadáveres de botellas, al coche. Media hora más tarde había dejado al baterista, a la vocal y al bajista en sus casas, para la tres de la mañana descargaba los amplificadores en casa de Maribel (mi amiga).

-Va moko, nos topamos mañana.
-Chido moka, se la riffaron tocando.

Prendí la radio y conduje hacia la carretera. Al pasar por un túnel la radio se fue y entre la estática escuche un Tic-Tac que no era de un reloj, busque bajo el asiento del copiloto y encontré el viejo afinador de Mari.
Al llegar a mi casa (entre las cinco y seis de la mañana), con ocio y taurina en mi sistema, buque en el aparatito (y en mi cabeza) alguna utilidad práctica, mientras preparaba algo de comer. En esto, y aprovechando que la comida aun no se calentaba, me lo acerqué a la boca y solté:

- Dooooo...

En la pantalla del aparato apareció un signo "+" que, supuse, me indicaba que tenía que subir el tono hasta alcanzar un "Do" afinado. Modulé mi voz:

- Dooóóó... - del "+" pasó al "-", y bajé el tono hasta conseguir el "OK" del afinador.

Contento como un niño con cuerdas vocales nuevas (había conseguido alcanzar, con mi misma voz, un Do redondo) continué afinando el resto de mi espectro tonal (Reeééèè, Miiìíì, Faààáá,) tarea que me hizo despertar a papá molesto, pues era sábado.
Así, dominando mi voz con la entereza de un soprano, cuando mi papá abrió la puerta, solté en Mi bemol:

- Hola pa’, llegue bien ¿Cómo estás? - (el afinador, escondido en mi chamarra, me dio su "OK").

- Has menos ruido, ya me despertaste y sabes que después ya no me puedo dormir. En serio, te vas de fiesta toda la noche, no llamas, llegas tarde, hueles a alcohol y aparte me despiertas en la madrugada…(NdE:sermón demasiado largo para escribirlo entero) - me dijo desafinando en Fa "-", según el aparato.

Tres o cuatro reclamos atonales después (cuando papá se fue a dormir), buscándole otra nueva utilidad al afinador, se me ocurrió acercármelo al pecho. Por su pantalla comprobé que los latidos de mi corazón sonaban medio semitono por debajo del Re.
Entonces, a las ocho y pico de la mañana me llamaste. Nada más descolgar el teléfono y oír tu voz me afiné por dentro.

Aqui planeaba insertar un video de la banda de una amiga...pero son tan chaffas que tienen el nombre de un videojuego, así que queda pendiente para mañana...o cunado la vea/lea de nuevo

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In a Virtual Life

>> lunes, 14 de diciembre de 2009

Esto del internet es una especie de droga, de una necesidad desesperante…¿o fue un virus que se coló en mi cabeza la última vez que me quede dormido sobre el teclado? ¿O la última vez que inicie sesión? No lo sé, pero lo que sé bien es que ahora manejo mi vida como si estuviera navegando por una red de calles con archivos adjuntos caminando por las banquetas…¿o circuitos?

Entro en la red subcibernetica del Ares y casi mando a la papelera a un archivo en formato PDF, y al teclear el “cancelar” se abre una ventana nueva que en realidad es un par de puertas, las del vagón…o código.

El avatar toma asiento a mi lado y comenzamos a chatear mientras, a través del Google Earth, llegamos a nuestro destino. En esto selecciono el videochat de mi lente derecho. El usuario parece ;-), pero luego se detiene todo (por saturación de la red, supongo) y su rostro se torna :(

Abatido por su nuevo emoticono pulso Esc, pero el sistema no responde; seguimos atascados entre M.A. de Quevedo y Copilco. No me queda otra opción que apagarme y encenderme.
Apagarme es fácil. Sólo tengo que presionar ctrl.+yugular+un tecleo fuerte en mi quijada.

Pero pierdo el conocimiento.

Unos cuantos bytes después alguien me reinicia mediante un masaje cardiaco. Abro los ojos: Es el pingüino de Linux clickeando sus aletas sobre mi torso desnudo.

Estoy vivo gracias al Software libre.

Otra transfusión DOS, y a seguir ching...andando.
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Sí, el titulo es parecido al slogan de alguna marca de Vodka que saben que me gusta...no es mera coincidencia, quiero una botella!!! y ya mero es mi cumple he! jaja.

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Recuento

>> martes, 8 de diciembre de 2009

Por alguna extraña razón, cuando fuimos pareja nuestros horarios nunca coincidieron. Pero hace una semana, después do otras cinco de haber terminado “en paz”, nuestros caminos se cruzaron en el camino a metro Copilco.

-¡Joaquín!- Escuche a mis espaldas cuando le daba una calada más al ultimo camel de la cajetilla- Si viniste.
-¿Perdón?- pregunté confundido.
-Te mande un correo esta mañana, te dije que quería verte en mi casa…bueno, en mi facultad o el metro y de ahí a mi casa.
-Karen, tú sabes que leo los correos sólo en la noche, y anoche…no estaba en casa- Sí, me había acostado con otra en un hotel de mala muerte, pero…no tiene porque enterarse, ¿no?

Hubo un silencio bastante incomodo, busque otro cigarrillo, mismo que me había fumado apenas salía de C.U. Ella fue quien prosiguió la plática

-Es cierto, pero…ya estás aquí ¿Tienes algo que hacer en la tarde? También sé que no llegas a la clase de los viernes y que no te importa mucho.
-Yo…
-Anda vamos…
-Vale, el metro es hacia allá.

Recuerdo que abordamos cuando aun había luz, que la hice prometer no morderme hasta Centro Médico, que pase a comprar una nieve de limón “made in USA”, que “jugamos” infantilmente en el piso del vagón, que llegamos a la estación Tacuba y ella me hizo bajar ahí, que la oscuridad anunciaba las 9 o 10 de la noche.

-El camión sale en la calle de atrás.
-Si, lo sé, fui en una ocasión a tu casa, ¿lo recuerdas?
-Cierto, perdón
-No importa, ven, sígueme.- Camine hacia la izquierda de la salida de la estación.
-Pero por ahí no se llega.- Replico, viendo hacia la dirección que nos llevaría a los camiones de San Pedro.
-Te dije que ya sé, no voy hacia la parada.
-¿Adonde me llevas?- Pregunto relajada, esperando a que le contestara algo que ella esperara.
-Alan me debe varios favores, que me preste un auto y te acerco a tu casa.
Ah- dijo en tono automático, frustrado.

Llegué con mi viejo amigo de la infancia. Adinerado y poderoso gracias al tráfico de ciertas sustancias ilegales, podía permitirse tener los lujos que yo sólo soñaba. Me prestó un Mini Cooper negro, él sabe que ese auto me gusta, lo que no sabe es que a ella también le gusta. Ella buscaba indicarme el camino, sólo me daba indicaciones para entrar por callejuelas solitarias, desconfié más de lo que dudaba ya.

-Es mejor por las avenidas principales, no nos perderemos.
Silencio de cuatro cuadras. Trafico a menos de vuelta de rueda a espaldas del CCH Azcapotzalco.
-Quería verte en un lugar más…intimo, por eso dije lo de mi casa, está sola.
-¿Intimo? Lo hubieras dicho antes.

Saqué de la mochila varitas de incienso de lavanda, un par de velas aromáticas en forma de gato, otra de manzana, otra en forma de corazón y las acomode en el tablero del coche, encendí todo. Una botella de Absolut se asomo por el cierre principal, junto a una charola de sushi que compre en la facultad. Baje el termostato y con el vaho de mi aliento empañe las ventanillas hasta volverlas blanquizcas. Más intimidad en el momento era imposible. Comimos y bebimos con las luces navideñas sobre nosotros y un coro nada angelical de claxons que aumentaba cada que los autos de adelante avanzaban. Alcochol de $200 sin vasos, con la botella puramente empinada.

Entonces, a unos metros de habernos incorporado a periférico, cerca de Santa Mónica me ladeo la cara y me dio un beso disfrazado de mordida en mi labio inferior.

-Te dije en el metro que te mordería- Dijo en tono provocador mientras reía a lo cual, obviamente, respondí con una mordida sobre sus dos labios. La llama de un gato se había consumido antes de hacerle mucho daño, el segundo gato, negro, estaba decapitado, la manzana…parecía que se la habían comido al revés, del centro hacia fuera, el corazón…poco a poco se separaba en dos mitades. Me salí de periférico y orille en la lateral. Antes incluso de apagar el motor, ella levanto las rodillas, se abrazo a si misma, se saco el corazón por la tráquea y me dijo:
-Quiero volver a intentarlo.
-¿Hace cuanto que no hablamos?...hablar en serio, sin tapujos, sin evasiones ni cerrando los ojos.
-Desde aquella entrada, ¿la recuerdas? – Eso me asusto, lo reconozco.
-¿Qué es lo que quieres?
-No lo sé, un abrazo, un cobijo
- Diste dos respuestas después de ese “no lo sé”. O realmente no lo sabes, y no sé como esperas que yo lo sepa; o lo sabes y no tienes el valor para decirlo, sabes bien que eso me causaba frustración y lo sigues haciendo.
- Vas empezar.
-No, ahora son sólo anécdotas más, quizá te sirvan para arreglar algo, quizá no. Quizá encuentres a alguien que se adapte a ti y no busque ayudarte a crecer. Quizá …quizá no quiero que sepas que es lo que pienso, creo o siento, para evitar que me hieras de nuevo, no abrirme el esternón a lo pendejo mientras tu juegas con un bisturí en los atrios donde habitabas.

-¡Ash!- Soltó mientras abría la portezuela y corria hacia la parada de camiones, alcance a ver que abordaba uno y que este se alejaba lentamente de donde yo estaba. De tres soplidos apague el gato decapitado, la manzana y el corazón dividido.

Lo volvió a hacer, se volvió a cerrar de corazón y de mente cuando yo planeaba hablar con el alma desnuda…ella lo pierde y ella me hiere, que en un futuro no le sorprenda que en un futuro la tome como una cosa más. “Las cicatrices se vuelven corazas” leí en el blog de un amigo de mi hermano, de un chico de CCH que dejo de escribir cuando entro a la universidad.

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I Do It (homenaje gatuno a Lennon)

"Mi rol en la sociedad, o la de cualquier artista o poeta, es intentar expresar lo que sentimos todos. No decir a la gente cómo sentirse. No como un predicador, no como un líder, sino como un reflejo de todos nosotros."
"Probablemente seré baleado por algún lunático"
John Winston Ono Lennon. (1940-1980)



Mi nombre no importa, sólo importa mi historia, sólo quiero que alguien lo sepa a 29 años de que sucediera, a casi tres décadas de que murió.

Vivía en ese entonces en Brodway Avenue, esquina con The 69 street, ¿qué mejor lugar para un dramaturgo emergente y amante de las artes? Para un inmigrante mexicano joven con ansias de vivir su sueño. Sabía que él vivía en el edificio Dakota, que quedaba a unos metros caminando del sótano donde me hospedaba. Ya sabía que él vivía con Yoko y con Sean, también que salía con el pequeño a dar una vuelta por Central Park. Sabía que había dejado todo por atender a su pequeño hijo. Sabía que tenía problemas con Yoko, pero que se rehusaba a hacerlos mayores. Era una celebridad y vivíamos estúpidamente cerca, yo era un fiel seguidor de su obra, un muchacho tímido de 23 años que añoraba platicar con el hermano Lennon. Era el año de 1980.

Ese fue el invierno más crudo de toda mi estancia en New York, no había día que no saliera con el abrigo de pana y los guantes de lana. El ocho de diciembre salí para entregarle una adaptación de Emilio Carballido a un director Rumano que quería teatro mexicano en Brodway. Eugene leyó mi adaptación, sonrió y me dio la paga inicial. Con una sonrisa en los labios, satisfacción por mi trabajo, y dinero en el bolsillo camine hacia el parque central.

La tarde comenzaba, seria cerca de las tres y media cuando llegue a las afueras del edificio Dakota. No podía creer mi suerte, yo llegaba y Lennon salía del portón del edificio, aunque tal suerte no duro demasiado. Apenas asomo las gafas por el marco de la puerta, decenas de personas que estaban en los alrededores se aglomeraron en torno a él. Yo me acerque, aunque quede a unos diez metros de John. Recuerdo claramente el ultimo, si no es que el único, autógrafo que dio. Era un “Double Fantasy”, propiedad de un chico no mayor que yo, con un par de lentes enormes, sobrepeso, vestido con una chaqueta y un sombrero, características que lo hacían ver ridículo. Al acercarme más choque con este tipo, vi en sus ojos una inocencia infantil apareada con un ansia que no logre identificar, “es sólo un fan emocionado” me dije en un pensamiento. No podía estar más equivocado.

Después de chocar con aquel muchacho me acerque a la limosina sólo para ver como Lennon y Yoko se despedían de nosotros. Un poco frustrado sólo levante la mano y sonreí ligeramente. Tenía tiempo de sobra, unos dólares en el bolsillo y la disposición a hacer todo por un autógrafo de aquel ídolo. Por lo tanto, camine a un costado de Central Park hasta llegar a un local de comida cantonesa. Comí, escribí un par de cuentillos en una servilleta, escuche música, salí del lugar y camine sin rumbo a lo largo y ancho del parque…así se fueron siete horas de mi vida. Sabía que Lennon gustaba de regresar temprano a casa, para contarle un cuento a Sean y verlo dormir. Regresé al Dakota a las diez veinte de la noche.

Prendí un cigarrillo, camine en la acera del frente, siempre bajo la luz de un farol de la calle. Entonces distinguí algo entre las sombras del edificio. Era el mismo chico obeso de la tarde. En un principio su presencia me provoco inquietud, aunque después relacione su estadía con un fanatismo típico de un seguidor empedernido de John. Volví a equivocarme.

La limosina de Lennon llego al edificio a las once menos diez de la noche. Guarde la moneda con la que me entretenía en lo que él aparecía. Yoko ya había entrado al Dakota cuando yo terminaba de cruzar la calle y aquel chico salía de su escondite.

Lo que a continuación ocurrió, duro más tiempo que el que había pasado esperando para verlo. Salté a la banqueta flanqueando un parquímetro y levante la vista cuando el muchacho grito “Señor Lennon”. Vi el arma levantarse junto a su mano. Tire él cigarrillo que tenía en los labios, grité, corrí en dirección al chico de la chaqueta para evitar que disparara, muy tarde. Para cuando llegué a su lado ya había hecho dos tiros, mismos que dieron en el hombro izquierdo de John, haciendo saltar sangre al tapete de la recepción. Mi respiración se detuvo, sentí escalofríos, intente golpear al tipo (más por defensa propia que por ayudar a Lennon). Tome el arma con la mano derecha, y por equivocación metí el dedo medio en el guardamontes, entre su dedo y el gatillo. Forcejeé con él, sin pensarlo, cerré la mano para quitarle el arma. Dos ruidos sordos más rompieron el intervalo de silencio. Un tercer y cuarto disparos salieron del cañón del revolver e impactaron en el abdomen de Lennon que cayó de frente contra una ventana del edificio.

El chico (que horas más tarde sabría su nombre: Mark David Chapman), me empujo y dio un puñetazo en la boca, perdí el equilibrio y él, arrebatándome el arma, dio otro tiro que reventó una ventana del lugar. Vi a Lennon entrando a la recepción, a Chapman caminando hacia mí con la culata del arma levantada. Me levante y corrí calle abajo, sólo corrí. En unas cuantas zancadas llegue al sótano donde vivía, cerré la puerta y me desplome tras ella. Temblaba y sudaba frío, mil voces invadieron mi mente: “Asesino a su ídolo” “Lo hizo a sangre fría” “ARTISTRA BRITANICO ASESINADO POR ARTISTA MEXICANO ¿ENVIDIA?” “No es mi hermano, él no haría eso” “El chico de lentes lo intento salvar, pero al final mato a John Lennon”… Encabezados de periódicos, fotos de revistas, imágenes de amigos y familiares desfilaron por mi cabeza. No podía respirar, me arrastre hasta la mesa de centro, todo se oscureció, comenzaba a desmayarme. Mi sistema nervioso colapso junto a mi cuerpo.

Desperté a las 12:21 de la madrugada, el llanto de todo New York fue el responsable de arrancarme del profundo sueño. Salí a la calle y vi a Eugene caminando hacía mi entrada

-Mataron a Lennon hermano.

Se soltó a llorar. Sentí nauseas y ganas de correr, un miedo atroz a un linchamiento a mitad de Brodway recorría cada célula, entonces el rumano se acomodo en mi hombro y siguió llorando. Me sorprendió que no me atacara o gritara algo como “¡Aquí está el asesino!”. No me hizo falta preguntar…mucho menos declarar lo ocurrido, el director me explico todo.

-Fue un fanático de Lennon, tiene problemas psicológicos, no ha madurado, nos quito algo muy valioso. Lo espero a la entrada del Dakota y disparo cinco balas expansivas contra John, cuatro le dieron. Una destrozo su aorta, esa bala lo mato.

Sentí una paz insoportablemente inquietantante en mi, aunque mi cabeza comenzó a llenar los espacios vacios. ¿Por qué no inculparme a mí, si yo hice tres de los disparos? ¿Por qué prefirió quedarse ahí? ¿Por qué nadie me buscaba? ¿Por qué parecía qué yo no había estado ahí? La respuesta era muy simple: Chapman no estaba dispuesto a compartir su noticia con alguien más, menos aun si ese alguien más era el verdadero causante de la muerte de John Lennon.

Los días pasaron, el mundo entero estaba en luto…¡Maldita sea! ¡Hasta Jesús estaba de luto!. Mis amigos y primos me hablaron desde México para preguntarme que sabía. En cada llamada se me formaba un nudo en la garganta que me impedía hablar. El diez de diciembre quemaron su cuerpo, en la noche de ese día yo quemaba mi garganta en algún bar de mala muerte del Bronx. Seguí trabajando, seguí creciendo, y seguí bebiendo cada 8 de diciembre en su nombre…hasta el día de hoy, que cuento por primera vez que paso esa noche fría de diciembre, en la ciudad de Nueva York, entre el edificio Dakota y el Central Park.

¿Que hicieron estudios al arma y no aparecían mus huellas dactilares? Recuerda que ese invierno había sido muy crudo, que nunca me sacaba los guantes de lana ni el abrigo de pana. Que el recepcionista estaba hablando con Yoko y que la calle estaba vacía. Que Chapman buscaba protagonismo y que yo no debía estar ahí en ese momento…


Para quien no lo sepa (que espero no sean muchos) hoy se cumplen 29 años del deceso de John Lennon a manos de David Chapman. Este es una especie de homenaje realmente extraño, con mi firma incluida, espero les guste, y una aclaración importante: ESTO NO FUE LO QUE OCURRIO. Sin más por el momento, me retiro.

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>> sábado, 5 de diciembre de 2009

Tú sólo escribe mi corazón de grafito,
que sé que lo que salga de tu sangre de tinta
sera digno de ser recordado por tu fanática número uno.
-:-Tessaiel/Teresa-:-



Gracias pequeña, almenos así me impulsan a seguir escribiendo, ya que no es tan en vano, aunque los comentarios sean escasos

Dejé de saber de ella desde hace poco más de un año, cuando supe, por cortesía de Hi5, que se había encontrado un novio mucho más guapo, más responsable y más monógamo que yo. Nada más enterarme, en un estúpido arranque de celos estúpidos e irracionales, borré su cuenta de mi lista de amigos.

Se llamab… se llama Patricia. Tenía (almenos en nuestro tiempo) la piel apiñonada, suave, despierta y feliz. Tenía un lunar a un lado de la nuca, una manchita oculta debajo del tirante del bra (recuerdo que una noche despertó cuando intentaba robárselo), y las cejas más simétricas que he visto en mi vida.

Nos dimos el primer beso en junio del 2007 y el último en octubre o noviembre del mismo año. El último mes incluso llegué a tener mi propio cepillo de dientes en su cuarto de baño y un paquete de “goma” de reserva en el segundo cajón de su mesita de noche.

Nos prometimos amor eterno, pero la eternidad duró mucho menos de lo esperado.

Por aquel entonces yo vivía obsesionado con mi novela. Escribía de día y de noche, a cualquier hora. En cuanto me asaltaba alguna idea más o menos buena, lo dejaba todo y corría al cuaderno a teclear las palabras o a la computadora a garabatear mis ideas. Reconozco que esta obsesión mía no fue fácil de digerir para ella.

Un día, Patricia se despertó pero yo no estaba. Tras buscarme por toda la casa me encontró en la azotea, sentado en el tanque de gas con la lap sobre las piernas, titiritando de frio aquella mañana de octubre o noviembre. Se acercó y, cerrándome con furia la pantalla me dijo:

- O tu novela, o yo.

Y ahí se jodio todo.

____________________________________________________________________________

Cuento esto porque ayer se subió al metro un tipo más guapo, más responsable y más monógamo que yo. Antes incluso de darme tiempo a apagar el reproductor de música, me miro sobre el hombro de un contador y me dijo:

- ¿Eres Jean? ¿Jean Macías?
- Sí - respondí.
- ¿El ex de Patricia Fonseca?
- Amm... sí.

Y sin más, tacleando al hombre que nos separaba, se abalanzo sobre mí y me dio un puñetazo en la cara. Cuando intenté reaccionar ya había corrido y las puertas del metro se cerraban frente a mi adolorido rostro.

Ahora tengo un labio hinchado (como haciendo berrinche, como molesto), una sonrisa en la parte intacta de la boca (que convierte mi cara en un cuadro digno de Van Gogh), y una certeza: Patricia, dos años después de aquello, se sigue acordando de mí =).

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como aquella mujer...

>> miércoles, 2 de diciembre de 2009

En verdad quiero a esa mujer. Me tiene idiota: chocando contra autos estacionados, perdiendo el autobús que espera cinco minutos a que lo aborde, comiendo cada tres días, escribiendo su nombre en cada reporte de valoración de pH…durmiendo en el extremo izquierdo de la cama, dejando el derecho para la proyección de su cuerpo que mi cabeza maquila.

Pero también hay algo que quiero.

Joaquín cantaba hace un tiempo “…siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda…muy corta.”, definición que encaja perfectamente con su forma de ser. Quiero que, en lugar de tener la frente tan alta como hasta ahora, la baje. Que cambie su lengua tan larga por una que hable menos y con tono más respetuoso. Y, por supuesto, bajarle la falda que lleva tan corta.

Con una ching…Yuri!!! Ponte a estudiar wey!!!

....

Ya le bajaras la falda otro día XD

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La vi y me vio, sonrió y sonreí. Sentí un golpe en el pecho, después, electricidad que bajo a mis pies y subió a mi cabeza. Cuando me percate que no había caído muerto…supe que no era un infarto.

Escrito en el metro, despues de que una musa desconocida me viese y sonriera...lo de mas, es otra historia.

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Mom...I see...

>> martes, 1 de diciembre de 2009

...Yellow Rockers!

Jaja, unos cuantos de los cameos musicales en una de mis series favoritas. Hablando de musica...en unas horas, tocada de los fabulosos!!!

Huuu...imaginen a Lisa haciendole segunda a Vicentico...

Ja, me largo a la escuela, que ya se me hizo tarde, nos leemos luego.

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>> domingo, 29 de noviembre de 2009

Esa noche llego totalmente ebrio. En la casa no estaban los padres, ni los hermanos menores, solo él, tres botellas más de Vodka y un par de invitados especiales más. Tomó un CD y lo puso con dificultad en el reproductor…dos botones a la derecha, teclear una vez, presionar el quinto, darle a la tecla triangular, esperar a que corra la primera canción y girar la perilla a la derecha, hasta que tope y el sonido tire el pisapapeles del escritorio.

Los requintos del maestro Satriani destapan la botella de alcohol ruso, Jean se tira a un lado del sofá y bebe directamente, más de medio litro, más de cien en efectivo, más de media vida…quema. Su estomago hace una revolución y escupe la mitad del alcohol ingerido. De rodillas en el suelo, arrojando Vodka por boca y nariz, con los ojos llorosos; golpea el buró metálico dañándose los nudillos. Éstos sangran, escupe sobre ellos y resiste el dolor que provoca la bebida en su carne abierta. Esto es una mierda. Baja la cabeza, llora.

And if I could be who you wanted
If I could be who you wanted
All the time, all the time.


“¿Qué ha hecho el alcohol por ti?”
“Nada.”
“¿Por qué sigues bebiendo?”
“No lo sé.”
“Eres patético…”
“¡Déjame tranquilo!”
“¡Escoria! ¡Me avergüenza ser tú!”
“¡No te avergonzabas cuando era el primero de la clase, el más querido, el niño modelo!”
“Valla que lo hacía. Vivías una vida vacía, por ello te impulse a vivir una vida real que te per…”
“¡Eso hice!”
“¡Claro qué no! Te fuiste por los excesos, alcohol, mujeres, drogas…esa no era la vida que esperaba para ti.”
“¿Y?”
“Estas atascado, estas hasta el fondo del pozo…y estas hasta el fondo solo.”

…Down in a hole, losing my soul
down in a hole, losing control
I'd like to fly,
but my wings have been so denied…


Levanta la cabeza, se intenta incorporar y se tambalea. No puede con su alma, se sabe decepcionado de sí mismo, se sabe la mierda más grande del mundo. Grita, pero su voz se difumina entre una canción que apenas reconoce. Toma de nuevo la botella y descarga su contenido en su estomago…vuelve a quemar, castigo justo para un ser despreciable como él, piensa.

Cae el al suelo, no suelta la botella vacía…hace días que no ha comido, hace días que bebe y el equilibrio no está de su parte ahora. Su frente da de lleno contra la esquina de la cómoda, abriendo una de las puertas de madera y su ceja derecha, la sangre nubla la vista de ese ojo. Se lleva la mano libre a la herida y de ahí a su boca.

…I’m so tired of being here
suppressed by all my childish fears
and if you have to leave

I wish that you would just leave
cause your presence still lingers here
and it won’t leave me alone
These wounds won’t seem to heal
this pain is just too real
there’s just too much that time cannot erase…


Se incorpora y apoya contra el mueble. Da un vistazo dentro de la gaveta como dentro de su cabeza: el chaleco que tejió la abuela, el dinero que debe a Martin por la pérdida del rush en el último rave, la gorra que regalo Nora, el último encuentro con Nora, el perfume barato de la ultima boda, él teniendo sexo con la novia de su mejor amigo, las pañoletas, el reciente asesinato de su hermana, el ácido muriático de las bombas caseras, la última salida.

This is the end
beautiful friend
this is the end
my only friend, the end.

Of our elaborate plan, the end
of everything that stands, the end
no safety or surprise, the end
ill never look into your eyes… again…


Lanza la botella que se destroza contra el marco del espejo. Gateando, alcanza el frasco translucido, aquel liquido amarillento de corrosivas propiedades. Realmente no lo piensa mucho, lo abre, lanza la tapa y el tapón de seguridad detrás de la cama. “Ahora o nunca, si te detienes a pensarlo no lo harás”

Inclina la botella noventa grados, el ácido llena rápidamente su boca, carcome sus mucosas y disuelve su dentadura. Traga, ¡rápido!, de no hacerlo pronto dolerá y no matara, de no hacerlo pronto se enclaustrara en una vida que ya no quiere. Segundos después la botella de medio litro se estrella contra la ventana, cuando cae los gritos de Jean inundan el cuarto. No hay vuela atrás.

El dolor es insoportable, Jean se retuerce sobre la madera del piso, llorando. Ni siquiera el alcohol ayuda a controlar tanto sufrimiento. “No importa, no tarda mucho en terminar”, piensa antes de arrodillarse y vomitar sangre negra…la hemoglobina se convierte en hematina, sus vísceras se disuelven poco a poco.

El llanto y el vomito siguen, uno continuo y otro intermitente. Más gritos. Pasa una eternidad en cinco minutos, la mitad del cuarto está llena de sangre: paredes, televisión, escritorio, cómoda, cama… Entre los últimos respiros Jean se aferra al cobertor verde, vuelve a vomitar y a derramar lagrimas sobre el. Se limpia la boca y nariz. Solloza, comienza a sentir frio, ligereza, el dolor disminuye, su cuerpo comienza a caer, jala el cobertor. Tirado en medio de sangre y ácido, lagrimea por última vez, aprieta los puños, cierra los ojos y piensa en quienes deja en este mundo. Sin abrir los ojos, respira profundo, pronuncia un “perdón” y su corazón deja de latir.

…you float like a feather
in a beautiful world
I wish I was special
you’re so fucking special
but I’m a creep
I’m a weirdo
what the hell am I doing here?
I don’t belong here...

_____________________________________________________________________________________

Entrada escrita y publicada en un hotel (no de paso). Inspiración y animo cortesía de Mónica, los sábadomingos dedicados surten efectos extraños, positivos pero extraños. Amm, la madrugada es joven y soy joven...y menos inocente XD. Espero les guste la entrada.

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Epidermicamente tuyo

>> sábado, 28 de noviembre de 2009

Tras meses de estudio en el laboratorio de mi cama he conseguido elaborar una lista de motivos que demuestran lo que te dije aquel primer día, en el sillón de tu cuarto, con ese manto azul cubriéndonos:

“Tu piel y mi piel son compatibles.”

Espero que compartas cada uno de los siguientes puntos, o los transformes en comas, o me comas y ya.

1.- El lóbulo de cualquiera de mis orejas encaja a la perfección, sin anchura, en tu ombligo.

2.- Mi cuello y tu cuello, al unirse, simulan el mecanismo de un par de engranes, atascados, soldados por una sustancia que el análisis de mi lengua identificó como "aleación de salitre y
óxido curioso".

3. Tu sangre tiene complementos que mi cuerpo necesita, por ello la importancia de beberla a la menor provocación; por tu parte, aprovechas mis mecanismos de catabolismo para la purificación de tu sangre, y la retomas de mis venas cuando te viene la gana…o sencillamente cuando tus colmillos tocan mi cuello.

4. Las neuronas de tu cerebro y el mío hicieron sinapsis intercorporales; lo cual explica que tu boca y la mía pronuncien las mismas palabras en el mismo momento, o en su defecto, uno pronuncie lo que el otro piensa.

5.- Cada vez que te abrazo fuerte tus órganos internos se coordinan con los míos, lo cual demuestra la alineación perfecta de todos y cada uno de nuestros poros. Por culpa de esta extraña "Ley General de los Poros Comunicantes", siempre que te abrazo me duele tu apéndice y a ti te suenan mis tripas.

6.- Tus uñas, al rasgar mi espalda, se convierten en pétalos de rosas sin espinas que se clavan en mi espina dorsal, haciéndome sangrar savia.

7.- Tu labio inferior es idéntico a mi labio superior y viceversa. Cada vez que nos besamos el tiempo retrocede.

8.- Ayer la PFA nos desmanteló la cama. Me esposaron y me llevaron a la delegación. “Laboratorio clandestino”, según ellos. Al tomarme las huellas salió en pantalla tu ficha policial. No te preocupes, gracias mi cartera, estás limpia.

Epidermicamente tuyo
________________________________________________________________________
Nota a pie de puntos (de sutura): Si, después de tan pormenorizado estudio, sigues desapareciendo en cada abrir y cerrar de costillas, volveré a acordarme de Laura con la devoción que se merece.

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Drogas Vs. Naturaleza

>> miércoles, 25 de noviembre de 2009

Hagamos cuentas. Tener relaciones sexuales equivale, por cada “round”, 150 unidades de dopamina (así como una buena comida); en cambio, una tableta de metanfetamina genera 1,200 unidades… O.o Este…

Como un rápido breviario cultural, y que anexo para quienes no lo sepan, la dopamina es un neurotransmisor segregado por el cerebro que se encarga de generar placer.
¡No muchachos! la solución no es buscar un camello (narcomenudista) y conseguir una capsula de llena de droga sintética. Echémosle cuentas:

Si un cuchiplancheo (que vulgar me leí) o una buena comida equivale a 150 U.D. y una pastilla genera 1,200 U.D. …hacemos una simple regla de tres…y…X=1 x 1,200 / 150= 8…Ahí está! necesitarías hacer el amor (sin amor da igual) o comer ocho veces para sentir “lo mismo”.

Así que, es su elección, yo solo les recuerdo que una de las opciones engorda y es pecado, la otra…también es pecado pero es reductora. 2 contra 1, es su perro ustedes lo bañan.

Vale la pena aclarar que esto no es un estudio objetivo, pues lo iba maquilando en el metro de regreso a mi casa. Pero representa una buena cuestión y un dato curioso que valdría la pena investigar. Los datos de la dopamina generada al comer y al mantener relaciones sexuales, así como la generada por las metanfetaminas, son reales.


Buenas y dopaminosas noches queridos lectores.

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>> domingo, 22 de noviembre de 2009

Historia clínica 289704
Varón, 1.67, 17 años, que presenta un cuadro relevante de fatiga, dolores abdominales, dolor de cabeza, fiebre, somnolencia y nauseas. Internado en la unidad médica no. 324, el día 17 del mes de octubre 2009 a las 17:00 horas. Se le hicieron estudios generales de los que se obtuvieron resultados normales. Se pensó en un cuadro de somatización, mismo que fue descartado por la unidad de psiquiatría del hospital. Hasta el momento, su diagnostico sigue pendiente, se han tomado las medidas necesarias para su aislamiento y se le suministran antibióticos de alto espectro, para contraatacar las múltiples infecciones que su organismo presenta.


¿Te das cuenta de esto? Es estúpido, no tiene lógica, y mucho menos ciencia. Solo estoy bien a tu lado, solo tus caricias me alivian, solo tus manos me curan.

¡Es insoportable!

Los médicos no se lo explican aun, ni si quera especialistas extranjeros han dado con mi “enfermedad”, Toneladas de medicamentos he tomado, litros de sueros han recorrido mis venas, semanas he pasado enclaustrado en la cama de un hospital… y en lugar de mejorarme empeoro. Adelgazo, palidezco, me desmayo…he necesitado tres reanimaciones en el último mes para seguir caminando entre los mortales. Y en cada desvarío, en cada crisis, en cada desmayo…estás tú, y tu piel, y tus ojos, y tus labios…¿Y cómo poder olvidarme de tu nombre? Si es lo último que pronuncio antes de caer al suelo; o estando ya tirado en el frio mármol, rodeado de sangre y soluciones. Según el psiquiatra es un caso extraño, que no cuadra…como si el no supiera que por regla no concuerda, como si él no hubiera chocado contra algo fijo por culpa del recuerdo de alguien.

Y es aun más raro que siempre mejore después de tus llamadas, de tus cartas, de tus mensajes…en la última ocasión, en veinte minutos hiciste lo que los doctores no lograron en tres semanas: sacarme de esa maldita unidad médica. Recuerdo la cara del doctor Valdivia en la cita siguiente, cuando en el chequeo valoraron mi estado: perfecto. Peso, color, hemoglobina, glóbulos blancos, potasio, todo, dentro de la norma que demarca salud. Pero el cirujano no sabía de tu visita el día anterior, ni del olor dulce de tu cabello, ni del delicado roce de tu piel, y tampoco de aquel masaje después de quitarme la camisa… ¿Sería lo correcto decirlo? No lo creo.

Ahora (mientras termino de escribir esto), solo espero que salgas, que hablemos y caminemos sin rumbo fijo, para poder deleitarme con el coctel de narcóticos que es para mí tu cuerpo. La Morfina propia tu piel, el Cloranfenicol de tu cabellera negra, la Mirtazapina de tus palabras, la Dihidrocodeinona de tus labios, la Naloxona de tus piernas cuando duermo sobre ellas, la Tetraciclina que encuentro en tu cuello al momento de morderlo, las Sulfonamidas que tus uñas inyectan en mi piel cuando rasguñas, las Anfetaminas de tu cuerpo cuando el ultimo trozo de tela cae y las luces mueren…

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Palabras

>> jueves, 19 de noviembre de 2009

No puedo parar de leer mientras me muevo (o mientras cierro los ojos, duermo, beso…). No puedo evitar transformarlo todo en palabras, en un código grafico que entendemos en esta y otras regiones del mundo. La gente que se atraviesa en mi camino tiene letras tatuadas en sus rostros (diferentes fuentes, múltiples colores, diferentes trazos, algún borrón, pero siempre letras). No los miro; los leo. Los cristales de mis lentes son escaners analógicos.

Alzo la vista al cielo y aparecen mensajes subtitulados entre el horizonte y las nubes. Escribo un sms, con la palabra CIELO, al 61111: "¿Subes o bajo?", y al rato aparece mi mensaje en blanco pachon, con fondo azul. Y ahora, la "o" final de mi mensaje está siendo violada por una avioneta de un partido politico. Y me cago en la estela del intrusismo literario.

Imagina que todos tuviéramos una palabra tatuada en la frente. Imagina una palabra que fuera sólo tuya, irrepetible, que te persiguiera hasta el fin de tus días. Una palabra cuya lectura te definiera, o dijera todo cuanto necesitaras demostrarle al mundo sobre ti y a simple vista.

Mi palabra sería: Apasionado (en todos los sentidos, claro)
¿Y la tuya? Dame cinco!!!

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Prohibidos

>> martes, 17 de noviembre de 2009

Algún prohibido por ahi esta noche?

Cierto, dáme cinco!!!

Estamos prohibidos - Jarabe de Palo

Prohibido fumar
Prohibido el paso
Peligro de muerte
No se permite respirar
Se prohíbe ir al infierno
Entretenerse, querer o quererse.

Prohibido pensar
Está prohibido ser, saber,
tener ideas u opinar.
Se prohíbe terminantemente
Gritar, protestar u oponerse.

Estamos prohibidos

Prohibido amar,
Enamorase, besar, tocarse
Usar los bancos que hay en el parque
Se prohíbe pisar el césped
Está prohibido correr o correrse.

Estamos prohibidos, o no.

Prohibido tú, prohibido yo
Prohibidos nosotros
Prohibidos los dos
Vietatto, forbiden, stop!
Prohibido tú, prohibido yo
Prohibidos nosotros
Prohibidos los dos
Forbiden, stop, no!

No pum, no pam
No boom, no bang,
No hambre, no power,
No guerra, no gang.
No hail, no bad
No gun, no war
No Bus, no trash
No ratatatá.
Prohibido fumar
Prohibido el paso
Peligro de muerte
No se permite respirar
Se prohíbe ir al infierno
Entretenerse, querer o quererse.

Prohibido pensar
Está prohibido ser, saber,
tener ideas u opinar.
Se prohíbe terminantemente
Gritar, protestar u oponerse.

Estamos prohibidos

Prohibido amar,
Enamorase, besar, tocarse
Usar los bancos que hay en el parque
Se prohíbe pisar el césped
Está prohibido correr o correrse.

Estamos prohibidos, o no.

Prohibido tú, prohibido yo
Prohibidos nosotros
Prohibidos los dos
Vietatto, forbiden, stop!
Prohibido tú, prohibido yo
Prohibidos nosotros
Prohibidos los dos
Forbiden, stop, no!

No pum, no pam
No boom, no bang,
No hambre, no power,
No guerra, no gang.
No hail, no bad
No gun, no war
No Bus, no trash
No ratatatá.
Prohibido fumar
Prohibido el paso
Peligro de muerte
No se permite respirar
Se prohíbe ir al infierno
Entretenerse, querer o quererse.

Prohibido pensar
Está prohibido ser, saber,
tener ideas u opinar.
Se prohíbe terminantemente
Gritar, protestar u oponerse.

Estamos prohibidos

Prohibido amar,
Enamorase, besar, tocarse
Usar los bancos que hay en el parque
Se prohíbe pisar el césped
Está prohibido correr o correrse.

Estamos prohibidos, o no.

Prohibido tú, prohibido yo
Prohibidos nosotros
Prohibidos los dos
Vietatto, forbiden, stop!
Prohibido tú, prohibido yo
Prohibidos nosotros
Prohibidos los dos
Forbiden, stop, no!

No pum, no pam
No boom, no bang,
No hambre, no power,
No guerra, no gang.
No hail, no bad
No gun, no war
No Bus, no trash
No ratatatá.

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Con vos

>> lunes, 16 de noviembre de 2009

Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren.
-:-Joaquin Sabina-:-



Tropecé de nuevo (de hecho me di en toditita la mía).

Ayer conocí en la línea uno a una chica que, desde la primera frase (cortesía del genio de Úbeda), encajó conmigo a la perfección. Fue una de esas conversaciones triviales sin fondo pero con forma: En sus matices deduje que ambos teníamos el mismo sentido del humor, la misma visión del mundo, las mismas preocupaciones y los mismos deseos (ella premédica, yo prebiólogo, ambos, preheridos). A lo largo de aquella .5 hora de trayecto fuimos dos auténticas gotas de agua verbales, el reflejo del espejo del otro. Fue un flechazo puramente humano; ni siquiera me fijé en su físico, en su edad (no muy mayor que la mía) o en su condición de mujer. Esta vez no, en ella no encontré sensualidad ni belleza, ¿cómo lo llama Rubén?...Feeling.

Palabra tras palabra, canción tras canción, deseo tras deseo, llegamos al túnel entre Salto del agua e Isabel la católica. Entonces, en un descuido cuidado, juntó sus labios con los míos…dejó depositado en mis comisuras el cariño y deseo que la había acompañado desde seis o siete estaciones atrás, mientras sus manos dejaban un papelito doblado en la bolsa de mi camisa. Su escape triunfal (de novela de las seis), se vio truncado por un repentino enfrenón del tren que nos dejo X minutos detenidos debajo de la calle. Mismos que aproveche para levantarme del lugar y prolongar el beso hasta la llegada a la estación, la apertura y cierre de las puertas y un adiós nunca pronunciado.

Una estación antes de la mía, quedo otra de esas personas tan afines (y que me besa) que sólo se cruzan en mi camino una vez cada mucho.

Ahora, a las doce y pico de la noche, estoy sentado en el tejado de mi casa, acompañado por una cajetilla de mentolados, un vaso de coca y mi lap. En mi mano derecha se encuentra el papel que me dejo anoche, entre las arrugas se asoma una dirección electrónica:ymorirmecontigo@hotmail.com.

Llevo ocho cigarros y una hora así, sin decidirme entre agregarla o no. ¿Se dará algo más o solo fue un amor de un viaje? No…no me habría dejado el correo… ¿me aceptara? Seguro…no se veía superficial, no con Sabina como puente entre ella y yo. ¿En verdad la quiero agregar? ¿en verdad YO quiero algo más?

Y así pasaran cien minutos más y terminaré con la cajetilla, sin decidirme. Hasta el momento en que, de una buena vez por todas, tecleé su correo, apague la computadora y me entregue a los brazos de mi cama, a la dulce acidez de mis sueños.

Y no hace falta que me lo digas tú: Sí. Estoy bien güey

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(1992-2007)

>> miércoles, 11 de noviembre de 2009

La vida que vivimos juntos camino frente a mí de la mano de una intérprete de blusa verde. En tan solo hora y media, el veneno y el dolor de la nostalgia recorrieron mi cuerpo, alojándose en mis lagrimales, pecho y cabeza. ¿Qué paso? pocos conocen ese trauma.

Se cumplieron ya dos años de la decisión que más repudio en toda mi existencia, y así se irán cumpliendo más y más y, al parecer, no podré superar las consecuencias que unas pocas palabras dieron como resultado. Amigos, psicólogos y familiares lo han dicho “No fue tu culpa” ellos saben que así no lo creo, así no lo siento. Sé que es una especie de enfermedad mental el seguir mandando sms’s a su teléfono cuando nadie los contestara, o enviar correos a un correo que me sigue respondiendo como falla…como inexistente….suspendido.

Hoy te recordé por n número de canciones que me dedicaste y que me cantabas. Hoy recordé el remordimiento de decir “Puedo sin ti y tú puedes sin mi”. Hoy intente dormir…soñé contigo de nuevo, desperté y el insomnio me ha acompañado desde entonces. Hoy vuelvo a decir esto: Te extraño.

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Golpe de estado

>> lunes, 9 de noviembre de 2009

Era un jueves cualquiera, de eso aun me acuerdo. Caminaba sobre Juárez, a pocos metros de llegar a Bucarelli, hasta es parte todo iba bien. Pero, a unos pasos de la esquina, olí su perfume y en seguida sentí un golpe en el pecho que me hizo perder el equilibrio y caer de espaldas. Y entonces, tirado a los pies de media ciudad, me sentí…enamorado.

Fue menos de .8 segundos, no pude hacer nada. Los escalofríos, las mariposas en el estomago, el nerviosismo clásico (que hasta entonces no sabía porque los sentía) se dieron cita en mi cuerpo. Me reincorpore y senté a un lado de la banqueta ante las miradas ajenas de la gente. Lleve la mano a mi frente, toque mi sien y alguien hablo… desde dentro… ¡estoy seguro que no fue por el golpe!

-¡Fabian! ¡Soy parte de la resistencia, nos está eliminando…dio un golpe de estado! …te…te estamos fallando… ¡No podemos…no…nooo!!!!

En aquel momento sentí una punzada en la cabeza, después…pensé en ti. Seguí con mi caminata, recordándote, evocando tus manos, deseando que estuvieses conmigo. Vinculando cada color, cada sonido, cada sensación, cada canción, cada sabor, cada…todo contigo. “Debo llevarla a ese cine” “¿Le gustaran los inciensos?” “Quiero llamarla”, frases así acompañaron toda mi tarde.

Estaba totalmente atado y no me lo podía explicar, hasta que volví a escuchar un chillido zumbándome en la cabeza. Cerré los ojos, vi tu hermosa sonrisa detrás de mis parpados y después…un leucocito…por más increíble que se escuche… un leucocito herido, con la membrana abierta en varios puntos, mitocondrias a la vista y manchado de citoplasma.

-Fabian…perdimos, lo siento mucho. Es mi deber notificarte de lo que paso esta tarde:
Tus recuerdos, anhelos, conocimientos, pensamientos, etc. se encuentran recluidos en tu cabeza. Esto para que no intervengan en cualquiera de tus demás sistemas y eso pueda afectarte de alguna forma. Desafortunadamente ciertas influencias externas logran, en ocasiones, liberar “algo”.
Cerca de las tres de la tarde los receptores olfativos percibieron un olor característico: pasto, agua de rosas y chantillí, el aroma que identificas como suyo. Esto hizo que las defensas de tus neuronas mermaran y dejaron salir a su esencia dentro de tu cabeza. Normalmente se retiene y vuelve a encerrar, pero con ella fue diferente. Sabía lo que hacía, burlo las defensas y salió de tu cabeza, bajo por la espina dorsal y tomo una vaso capilar para llegar a tu corazón…fue muy rápida, ni siquiera yo pude detenerla.
Llego y en menos de lo que pudimos responder, dio un golpe de estado. Se aprovecho de la hemoglobina para difundir su autoridad en tu cuerpo, tus órganos y sus residentes fueron cayendo poco a poco, tu estomago, tus nervios, tus pulmones…Unos pocos nos refugiamos en tu cabeza e iniciamos la resistencia. Desgraciadamente no duro mucho, tu cuerpo estaba bajo su control y ella en persona subió hasta donde estábamos con un solo objetivo: hacerse completamente de ti. Desintegro proteínas muy valientes, apenas la podíamos contener. Entonces llegaron refuerzos: neuronas quienes le herían con las descargas de sus sintaxis. Pero justo cuando recobrábamos la esperanza, hizo algo muy bajo: corrió hacia el tablero de mando y dejo libres a todos los recuerdos que la evocaban y que a ti te gustan: sus besos, su sonrisa, sus labios…no había forma de contraatacar eso.
Ahora, los que resistimos y seguimos con vida solo esperamos nuestra muerte. Supo lo que quería, vio la oportunidad de hacerlo y ahora eres suyo.

En ese momento abrí los ojos y todo estaba más claro. Estaba enamorado de ti. Tú y solo tú dentro de mi corazón, cabeza, hígado, pulmones…dentro de todo.

Estoy total y estúpidamente enamorado de tu persona, ahora dime… ¿Planeaste esto? ¿Soy yo quien busca un imposible o tú sembraste todo esto en mí para lograr algo? ¿Sientes lo mismo por mi?.......

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Una entrada bastante sosa a mi parecer, nada cientifica realmente, espero que le guste.

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Reacciones etílicas (beber o no beber)

>> sábado, 7 de noviembre de 2009

El alcohol, en su cierta medida, humaniza. El alcohol, en exceso, deshumaniza lo previamente humanizado. Bajo sus efectos algunos seres humanos se vuelven pesados, o incluso violentos (como bien dijo Sabina: "me encantan las drogas y el alcohol, pero no soporto a los drogadictos ni a los borrachos"). Pero también los hay que se vuelven cultos, o audaces, o risueños, o cariñosos, o somnolientos, o reflexivos, o nostálgicos, o filosóficos.

Como aquel tipito de la semana pasada (regresando de la TNT de subida a mi pueblo):
- Mi amigo Jose me dijo que Dios existía, que estaba en todas partes, y esta noche lo busqué en el fondo de un New Mix. Catorce de esos después, era neta, lo encontré ahí flotando. Boca abajo, todo ahogado. ¡Hip! - me dijo embutido en su disfraz de koala (o eso parecía). Al finalizar el trayecto etiloteologico, me obsequio (según él) un paquetito de chicles sabor eucalipto.

Hay personas que simplemente se pierden:
- Oye ¿y Allan?
-No sé wey, bajo por un desodorante y luego se subió.
-¿Sabes lo que tenía el desodorante?
No…

¿Que tal los que confiesan su amor apoyados no solo de Bailey´s?:




(Las palabras sobran, los gemidos no puedo escribirlos y contar la historia haría una entrada erótica)

Otras personas…simplemente confiesan lo que jamás debió salir de sus bocas (o al menos no ese estado):
- Ssé que mi wey me loss essta poniendo con con la del labborratirio 2. Él sse cree que ssabe que yo no ssé que lo sssé. Pero lo que ssé que él no ssabe ess... lo mío con su primo el de contaduria - me dijo una chica de ojos cándidos de camino a un bar de conocido barrio universitario.

O les da por llorar:
- ¿Tienes algún problema? - le pregunté a un tipillo, después de las tres de la mañana, en plena eclosión llantil aderezada con tabaco y clavo (algún cigarro -supuse- de una marca –supuse- llamada black -ibidem-):
- Termino, snif, hace dos semanas, snif, con mi novia, snif, y estoy, snif, muy feliiiiz...
- Si estás feliz, ¿por qué lloras?
- Porque no es normaaal, snif, que no la eche de menos, snif, ni una mierdaa... Soy un monstruo, snif, sin, snif, sentimientooos - y en ese punto se rompieron del todo sus lacrimales hasta el final de mi paciencia.

Etc. Etc. Etc.

Y ante tal catálogo de reacciones etílicas, yo me pregunto: ¿Cuando bebemos nos convertimos en la exageración de nosotros mismos, o sencillamente somos otros?
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Agradecimientos a…muchos tipos desconocidos que conocí (fui redundante pero es la verdad) justo ayer, en casa de la chica D y que no leerán esta entrada (creo), gracias por la inspiración para la entrada de hoy. Y agradecimientos especiales al hermano de la chica D, por las facilidades otorgadas ( léase: "alcohol a tiro de tubo de ensaye"). Gracias!!!!

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+/- (contradicciones)

>> lunes, 2 de noviembre de 2009

Si creyera que las cosas podrían ser distintas, ya te hubiera buscado para abrazarte y besarte.

Si yo necesitara de tí, como algún día lo pensé, entonces habría llegado corriendo a tu lado.

Si yo no pudiera vivir sin tí, hace mucho que mi respiración se hubiese opacado en un día lluvioso, triste y amargo.

Sin embargo, las cosas siguen igual, no necesito de tí y sigo vivo.

Así las cosas, mejor no te busco, ni corro a tu lado, ni muero por algo que no será.

/

Fue un día lluvioso y nublado, nada planteaba algo diferente. Yo leía en mi cuarto con la misma atención de siempre. De repente, escuché el timbre de mi casa. En lo profundo, aunque fuera totalmente inesperado (o quiza totalmente estupido), sentí que eras tú.

Y así fue. Eras tú.

Saber que nuevamente estás, me llena de alegría. Me siento nuevamente vivo, con calor en las venas. Respiro un aire hace mucho olvidado. Creo en Dios (ok, quiza eso no). Veo colores, sonrío, me sonrojo.

Podría perderme en la profundidad de tus ojos, pero dices que eso es absurdo. Después de tanto, perderme no es opción para tí, no piensas permitírmelo. Y yo ... ¿planeo permitirmelo?

Te abrazo y huelo tu cabello. Sé que somos y no necesito saber nada más. Saber que estás me llena. Vuelvo a ser yo, vuelvo...

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Corvus corax (pequeño homenaje a E.A.P.)

Lo encontró en una salida de campo a Hidalgo un 19 de enero del 2003. En la quinta y última caminata, logró ver dos cadáveres de cuervo común al pie de un árbol, muertos por heridas de bala. Los recogió y revisó. “¡Gente estúpida!”. Cuando estaba por irse escucho un leve graznido…ahí en lo alto, ahí en ese encino, un nido. Subió hasta la copa del árbol y lo encontró: un polluelo de apenas quince centímetros, con unas pocas plumas y los ojos cerrados. Alrededor, cascarones azulados y avecillas muertas de inanición. Regresó al campamento con el pequeño cuervo escondido en el pecho, a tiempo para alcanzar el primer autobús de la facultad. Emprendió el camino a casa junto a un pequeño polizonte.

-¿Cual será tu nombre?...¿Cómo querrás llamarte?...¡lo tengo! ¡Profeta!

Así comenzó la historia, así Profeta llegó a su nuevo hogar, así Edgar decidió especializarse en aves dentro de su carrera. Destinó una habitación como voladero, improntó al cuervo, lo entrenó para que volase cuando y como él quería, y por medio de una grabación le enseño a decir “Nunca más” como la historia de algún hombre que leyó en la secundaria. Cinco años más tarde se titulo como ornitólogo y el ave se convirtió en un ejemplar de exposición.

Una vida de cuento…popular, adinerado y docente dentro de la facultad, Edgar vivía en la opulencia y tranquilidad…o al menos eso aparentaba. La última visita al psiquiatra había arrojado resultados poco alentadores… principio de esquizofrenia y paranoia, cortesía de la genética de su madre. “No importa, no dejare que trunque mi vida”.

-Nunca más.
-¡Cállate Profeta!
-Nunca más.


Transcurrieron cinco meses, al principio todo era una imagen, una respuesta inexistente, una mirada sospechosa, después de más de unos doscientos días…las cosas se volvieron insufribles, palabras susurradas por el silencio, letras congruentes que atormentaban su cabeza y miradas muertas que en él se centraban. “Isabela…su corazón, su sangre”. El cabello faltante en su cabeza era debido a tantos ataques de locura de los que era frecuentemente víctima.

7 de octubre 2009 23:00 horas. Edgar llegó a casa abatido, cansado de las voces y las vistas, cansado de esta vida. El portazo grito “muere de una vez”; aquel gato negro, junto a aquel árbol, lo seguía con la vista, esperando el momento para saltar sobre él.

-Nunca más.- Gritó profeta desde su cuarto en el extremo anterior de la casa.
-¡Calla!- Respondió Edgar arrancándose de un tirón algo del cabello que aun tenia.
-Nunca más.-el mismo graznido rompió la voz del ornitólogo.
-¡Ya!
-Por tu culpa.
-¿Qué?
-Por tu culpa.
-No fue mi culpa, nunca ha sido mi culpa. No debí…no quería.
-Tu mataste a Isabela.

Como un flash llego a su cabeza aquel día. El coñac había sido el anfitrión de la noche e Isabela había aceptado la invitación de terminan la velada en casa de Edgar. Antes de cerrar la puerta, la mitad de sus prendas colgaban de su piel trémula, y en medio de la sala cayeron las últimas piezas de ropa y sus cuerpos se acoplaron. Al principio con la torpeza de la cual dota el alcohol, después, la pasión fue tomándolos como rehenes, hasta que la secuestradora provoco la muerte de uno.

Besos, mordidas, abrazos y rasguños…todos tan deliciosamente placenteros, todos tan deliciosamente mortales. Edgar estaba sobre ella y excitado cuando llegaron dos cosas: su orgasmo y la muerte de Isabela. Eyaculo dentro de ella, a la par que sus colmillos se encajaban en su yugular. La sangre comenzó a fluir, ella estaba en una especie de trance y el, excitado y extasiado por el momento, comenzó a beber el liquido carmesí, hasta que dejo de sentir el pulso de la chica, y de escuchar su corazón.

Se incorporo y buscó vestigios vida en sus ojos…nada, ni en sus ojos, ni en sus muñecas, ni en su pecho. La había matado, la había desangrado y bebido su sangre. ¿Qué hacer ahora? Volteo hacia su derecha y sintió los ojos de Profeta escudriñando su interior, desvió la vista y recogió el cadáver del suelo. “El voladero de profeta siempre huele a carne podrida debido a su comida, no es un mal escondite”. Destazó el cuerpo, separó la carne de los huesos y quemó en ácido clorhídrico partes del esqueleto. La ropa y objetos personales terminaron en el incinerador. Dejó la carne como comida al cuervo… este nunca la toco.

Antes solo en sueños y recuerdos, ahora minuto a minuto, dentro de su cabeza, en los ojos del vagonero del metro, en la ventana del apartamento. Ahí estaba Isabela.

-No.
-Por tu culpa.

-¡Calla ahora!- Abrió un cajón y tomo el Smith & Wesson (regalo número dieciocho de su abuelo) y corrió hacia el ave.- ¡Calla de una puta vez!
-Nunca más. Es tu culpa. Tú la mataste cobarde.

Accionó el gatillo cinco veces sin éxito.

-¿Que quieres?
No obtuvo respuesta, el cuervo solo lo observo con esos ojos tan negros como su plumaje.
- ¿Que acepte que la maté?
Un silencio siguió a su respuesta.
-¿La volveré a ver?
-Nunca más.- grazno el ave extendiendo las alas.
-¿Me perdonara?
-Nunca más.
-¿Merezco morir?

Un nuevo silencio, seguido esta vez por un grito de desesperación de Edgar, después, llanto.
-No quería hacerlo, lo juro, estaba tan descontrolado, tan ebrio, tan excitado…- Hablaba con la mirada perdida en la sala, el cuervo permanecía en una percha sobre él. La mano donde sostenía el arma se fue elevando hasta que el punto de mira se perdió en su cabello y el cañón acariciaba su sien.- Apenas la conocía y la mate…apenas la conocía y la amaba.
-¡Hazlo! – escucho Edgar desde el pico del ave, y en seguida: un estallido carmesí, sangre salpicada en las percheras, en el marco de la puerta y extendida hasta la sala de satín blanco.

8 de octubre 2009, pasada la media noche.
Algún vecino que escuchó los gritos y las seis detonaciones decidió llamar al número de seguridad pública, en unos cuantos minutos la cuadra estaba rodeada por patrullas y hombres a pie. Al entrar el olor a descomposición provoco el vomito de dos agentes y el asco general. En una habitación comunicada a la sala encontraron un par de cadáveres: el primero, de un famoso biólogo de treintaypocos años, suicido con arma de fuego; el segundo, de un cuervo que, según pruebas realizadas más tarde, murió de inanición hace aproximadamente un mes.

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Carta a () bajo su almohada

>> sábado, 31 de octubre de 2009

Señorita X...

Comienzo a buscarte defectos. No los encuentro. Te invento defectos. Me engaño para sobrevivir. Soy imperfecto. Eres perfecta. ¡No lo soporto!

No me gusta mi forma de ser tú antes que yo.

Necesito marcharme de ti y de mi tú y de mi otro yo.

Quiero correr.

Y enamorarme mil veces de dos mil medias mujeres que se parezcan a ti.

Y equivocarme mil veces con dos mil medias mujeres que se parezcan a ti.

Idealizarte y echarte de menos. Llorar retirando tu cabello del suelo de mi habitación.

Necesito pellizcos de realidad que me despierten del letargo de tu sueño.

Necesito buscarte y no encontrarte nunca.

Necesito sentirme muerto.
(quizá no muerto muerto, pero si de la vida que vivo contigo)

Necesito soñarme vivo (con la vida que me dabas)

No puedo ni quiero ni sé vivir así: siempre contigo.

No soporto que el futuro sodomice al presente.

No soporto vivir la misma muerte y morir la misma vida.

Comenzar la peli por el final.

La certidumbre.

Los libros leídos antes de ser escritos.

Las criptas familiares.

Las mismas siluetas marcadas en la misma cama de siempre. (cual escena del crimen…y que
crimen!)

Los mismos olores.

Los mismos besos.

Los mismos tactos.

Aunque esas siluetas, esos olores, esos besos y esos tactos sean perfectos y nunca más consiga la perfección de esas siluetas, esos olores, esos besos y esos tactos.

Ahora sólo te pido que te marches de mi casa y me devuelvas la vida de antes.

Quiero volver a salir a la calle con la misma ilusión de antes.

Quiero volver a conducir mi auto con la única ilusión de buscarte entre las calles del D.F. y de no volver a encontrarte nunca.

Lo siento.

Nota al pie importante: Con respecto a la “señorita X” y para aquellos que sepan (y/o conozcan) de mi sistema de nombramiento; no hay ninguna chica en mi vida, ni en mi cama, ni en mis sueños, ni en mi sopa que corresponda a la letra X, solo la use por ser la variable más famosa en el globo. Hablando de usar…quizá llégue a usar esto cuando (teóricamente hablando), encuentre a una chica tan perfecta, que me vuelva frágil e inútil a su presencia.

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Mon Petit Sheri

>> domingo, 25 de octubre de 2009

Tu fais tous ça pour être beaucoup plus populaire,
Pire qu’une allumette t’allumes pour faire souffrir,
Franchement si il savait, que penserais ton père?
Qu’tu chauffes les mec juste pour le plaisir?

Oui parce que chauffer les mec c’est ton passe temps,
t’adore les allumer, les faire devenir chaud bouillant,
Par msn ou le téléphone, mais jamais main dans la main
Parc’qu ‘au fond ta grave la trouille d’aller plus loin.

En plus t’a l’culot de choisir ceux qui pourrait te servir,
Même si il a déjà une nana, alors pourquoi pas l’webmaster
Juste pour pouvoir monter en grade.. si j’étais toi j’aurais peur,
Car une fille énervée, croit moi c’est ce qu’il y a de pire..

Pourquoi tu l’allumes comme sa? t’as des envies de pouvoir?
supprimer, choisir selon tes envies, dev’nir modérateur
Mais ma pauvre ta rien pigée, serieux arrête d’y croire
C’est pas en l’prennant pour un***qu’tu l’auras l’webmaster...

En plus tu brises le cœur des mecs qui t’on aimé,
Tu détruits des couples juste pour t’amuser,
t’es en train de t’faire de plus en plus d’énemie,
Et au final tu t’retrouvera seule dans ton petit lit...

Disculpen si se mé ha ido un verbo, si conjugue mal o si confundi palabras,
esto ha sido lo más grande que he hecho desde que estudiaba frances.

Pase bonne Nuit mon lecteurs!!!!

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Pronombres (Él y ella, solo una historia)

>> sábado, 24 de octubre de 2009

Un impulso lo hizo girar 169 grados, y vio como ella se alejaba con el pequeño y abultado paquete entre las manos, pasándolo nerviosamente entre ellas y tirándolo al cubo de basura más próximo…

La noche anterior había hablado con ella (si se le puede considerar “hablar” a teclearse bites con miles de metros de distancia), fue…fue…fue raro. Palabras dichas fuera de tiempo (muy lejos del tiempo en que se debieron haber dicho), evasiones fallidas, heridas expuestas, lagrimales apenas controlados, golpes en la pared, integridad recuperada,. Ahí, en lugar de amor, había un vacio; en lugar de calor, había frio húmedo en la terraza de él; en lugar de esa vieja coraza había un alma desnuda recibiendo arañazos con el fin de volverse inmune después de mil heridas.

Hacia el inicio del siguiente día todo estaba en calma, las gotas en el techo tocaban melodías naturales, la charla ya no le atormentaba, vivía una dimensión diferente, un grado de libertad diferente. Y, como a cualquier persona que trabaja o estudia en el día, el sueño lo termino venciendo cerca de las cuatro de la mañana.
Despertó junto a los rayos del sol y con algo atravesado en la cama. Buscó con la mano detrás de su espalda algo que pudiera estar ahí y que le moliera la espalda, no sintió nada. Salió de casa al filo de la hora. En el transporte siguió sintiendo algo, en el metro, al caminar, tenía algo en la espalda, lo sabía pero no lo podía ver ni tocar. Tomó clase con la misma sensación en la espalda. Al terminar, enfilo los pasos hacia la tercera facultad de la derecha con un paquete de volumen inversamente proporcional al objeto (material) que contenía. La llamó, entregó el paquete y se dio la vuelta.


…Él lo notó, por segunda vez dio la vuelta y comenzó a caminar hacia las escaleras, moviendo la cabeza de lado a lado con una sonrisa dibujada en los labios. Fue entonces, bajando las escaleras y caminando unos metros, cuando las vio: en aquel cristal de Arquitectura (el cuarto de izquierda a derecha, estrellado en el extremo superior derecho), era su reflejo…con un par de alas cafés manchadas de blanco en la espalda. Sonrió maravillado y las desplego, las tenía de nuevo. Corrió hacia un puente peatonal alto y se lanzo contra la corriente automovilística, elevando el vuelo antes de llegar a ella. Voló toda la tarde, gritó, rió, disfrutó cada minuto. Aterrizo en el metro, acicalo cada pluma y se cubrió con ellas en el viaje de regreso.

Epilogo:
Mientras él redescubría su libertad y volaba sobre las instalaciones, ella esperaba su partida. Una vez confirmado el hecho de que él no regresaría, se excuso y salió de clase. Camino hacia el cubo donde hace unos minutos había tirado aquel sobre amarillo e inicio la busqueda. Unos minutos ( y muchas manchas de mugre en el sueter) después, lo encontró, pero ya no se veía como cuando lo tiró, el peso era el mismo pero el volumen había disminuido, algo había salido. Al abrirlo descubrió un pedazo de tela enredada y un espacio que ya nada llena.

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Diagnostico de un 22 de octubre

>> viernes, 23 de octubre de 2009

Cuando estoy en vías de querer algo (no material) y no saber que, como hoy, busco motivos en la cartera, en los audífonos, en los ojos de alguna chica, en la calle o donde sea. Busco cintitas de corrector para las manchas negras de mi materia gris. Narcóticos naturales contra los bostezos de mi estrambótica alma. Orinar en el muro del dolor.

Hago un rolling en mi cabeza y escucho a Joaquín Sabina decirme: "Si nos hundimos antes de nadar no soñarán los peces con anzuelos" y me entran unas ganas de darle un batazo por ser capaz de decir lo que piensa sin pensar lo que dice y en la envidia de sus palabras comprendo que no puedo permitirme estar así, ahora no. No procede, nunca debería.

Todo tiene un sentido, un objetivo, aunque el sentido o el objetivo de todo sólo sea buscar la belleza o el arte en las cosas. O pisar fuerte sobre las conciencias de la gente que camina con un origen y un destino prefijados (Zzz). O aprender de la gente que camina (¿dónde irán?, ¿por qué? ¿Qué piensan?). Objetivos, caminos, razones, motivos, etapas. Todo está ahí por algo: hasta las piedras se pueden fumar o apilar formando muros protectores del frío, o del calor... (o de la gente). O ser capaz de crearme mundos paralelos con cielos perpendiculares al eje de mis test..osterona. O enseñarle el dedo medio a una Luna y Júpiter de infarto. O aguantar la respiración…1…2…3…4…5…6… No podemos aguantar la respiración durante demasiado tiempo. El instinto de supervivencia nos lo impide.

Siempre que empiezo el día de diferentes maneras: feliz, valemadrista, cansado, harto, como ingenuo deprimido…como hoy. En estos dias, debo mencionar, acabo encontrando algún matiz que me lleva a acabarlo con una sonrisa en la boca. Y ahora, ya en la cama con la lap sobre las piernas (y con una par de musas a varios kilómetros de distancia durmiendo a verso suelto), Sidita (mi peluche del VIH) acaba de contarme un chiste genial, en serio, me acaba de hacer el día, y apenas tiene 15 minutos de comenzar.

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Entraña dos (ociosidad literaria en Química)

>> lunes, 19 de octubre de 2009

Solo quiero hacer el amor con tu alma, que tus secretos y tus sentimientos se desnuden ante mi, y que cada uno de tus poros me cuenten la historia que han vivido bajo tu ropa, fuera de ella y entre las sabanas.

Cariño, es hora que lo sepas: cuando veo tu pecho izquierdo desnudo, no presto atención al lunar junto a tu pezón, ni siquiera a este último, veo más al fondo, veo algo que ahora sé es mío.


Como el nombre da idea, escrito durante la clase de Química de hoy, como a las tres de la tarde, despues de un par de ejercicios sobre sulfuros...¿quien lo diría?, un prospecto de Biólogo escribiendo esto, jeje. Para condimentar las letras (si es que le falta), les dejo un video de una de mis rolas favoritas de Mago de Oz, del DVD de Barakaldo D.F....que por cierto veo en HD en el momento mismo que ustedes leen esto.

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Te Quiero...Pero Como Amigos

>> martes, 13 de octubre de 2009

Este pequeño lo he visto mas de...amm...muchas veces, ¡Me encanta! Hoy, por alguna razón (una platica en el metro con un colega)lo recordé y lo posteo aquí para ustedes. Disfrútenlo!!!


¿A partir de que café nos hicimos amigos? ¿del quinto, del sexto?
Mierda!!! eso se avisa.
Uno menos y ahora estaría en la cama conmigo.


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¿?

>> domingo, 11 de octubre de 2009

¿Cuánta gente me importa realmente? ¿Muchos? ¿Pocos? ¿5? ¿6? ¿Cuántos son muchos y cuántos pocos? (ya que 5 y 6 son…5 y 6) ¿Hasta qué punto me importan mis colegas o compañeros terminando un curso, semestre o año? ¿Y si supiera que alguno ha muerto varios días, meses o años después de haberle perdido de vista, me afectaría? ¿Cuánto tiempo necesito que pase para no sentirme afectado?

¿Me importan más las guapas?¿Me importan menos las feas? ¿Me importan mis parejas? ¿Qué hay de los amores de una noche? ¿Me importa menos un inmigrante ilegal que cualquier hijodelachingada (por los cuatro lados) que me pueda robar la cartera mañana?

¿Podría llegar a desear la muerte de alguien? ¿Podría no afectarme, o incluso alegrarme de la muerte de alguien?

¿Tiene que importarme la familia porque es familia, aunque me caiga mal?

¿Me importan mis lectores aunque conozca pocos en persona? ¿Me importa los que conozco en persona? ¿Me importan más unos lectores que otros en función del interés que me suscitan sus comentarios aun sin conocer su rostro, su profesión, su carrera, su vida, o su frecuencia sexual?

¿Tendemos a confundir la importancia con el interés?

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Visitantes de otra jungla

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