...es ese puercoespín lleno de púas y suaves pliegues. Carajo, estaba enamorado del DF. Otro amor imposible a la lista.Una ciudad para querer, para querer locamente. En arrebatos...
-Hector Belascoarán Shayne-

Molestias (O Lluvia deHormigas)

>> jueves, 3 de septiembre de 2009

Belem, gracias por los nombres (que quedaran para todo el proyecto) ¿que pasara con Damian y Cat ; metro, cafe capuccino vainilla y chica del club, gracias por los momentos y la inspiracion para escribir; lectores de mi blog, una disculpa inmensa, por mi ausencia y la falta de entradas en las ultimas semanas, no crei que la escuela fuera tan pesada. "Molestias" es como la decima parte de mi mininovela que no tiene titulo, habria comenzado con la primer parte pero...sigue capturada en hojas de cuaderno y serviletas. Disfruten!!!

Era la única razón para entrar a ese bar de mala muerte, y ella lo sabía. De la misma forma que conocía mis amores (y fantasias) hacia ella. Y que ella correspondía con besos carmín, tintados de ginebra, a los lados de mi boca, nunca sobre ella.

“No sé qué me pasa contigo”… solo eso dijo. Apenas entrar en el Dub, Catalina (Caty, para gastar menos carbohidratos) tomó asiento junto a mi mesa y me lo soltó así sin más, sin saludo previo, ni los dos besos, ni nada. Se sentó a mi lado y mirándome a los ojos me dijo:

- No sé qué me pasa contigo.
- ¿Perdón?...no entiendo... a qué te refieres – dije para digerir lo dicho.
- Primero, lo de incluirme en tu novela; luego, la nota que dejaste en mi bolsa... pufff... He de reconocer que al principio me pareciste un tipo raro, de esos que miran a las chicas y no hacen más que eso durante horas; pero hay algo en tu mirada, en tu forma de mirarme que... no sabría cómo explicártelo... me das miedo pero a la vez me... transmites... ternura... - me dijo titubeante, nerviosa.

- ¿Ternura?- logre decir, mientras ladeaba la cabeza y Angélica,( que me tiro el ojo desde que entre aquí), me dejaba un vodka tonic y se alejaba barriéndola con la vista.
- Nunca antes me había mirado alguien así, como tú lo haces. Es como si... me estuvieras desnudando con la mirada y yo, por mi parte, me dejara desnudar. Me haces sentir... distinta Damian.
- Te sientes “distinta” porque no sabes en qué pienso mientras te miro ¿No?
- ¿Y en qué piensas?
- En tocarte pero sin tocarte. Tienes algo que no tienen las demás.
- ¿Y qué tengo?
- Miedo.
- ¿Miedo? - me dijo frunciendo las cejas y levantándose ligeramente.
- Eres guapa y lo sabes. Puedes tener a tus pies a cualquier hombre (a tu jefe, por ejemplo) cuando quieras y como quieras, sólo necesitas chasquear los dedos y ahí estará, comiendo de tu mano. Sabes que con tu belleza y tu temperamento puedes conseguir todo lo que te propongas, pero...
- ¿Pero?
- Pero nada de lo que te propones te sacia. Nada de lo que eres capaz de conseguir chasqueando los dedos te llena. Te sientes princesa cuando sirves copas, o cuando besas al tío más guapo del Dub, pero sapo cuando te miro, porque sabes que te estoy mirando por dentro, que no sólo me ciño a tus piernas o a tus pechos... y eso te molesta, ¿verdad? Molesta que alguien se atreva a interpretar tus radiografías sin pedir nada a cambio, o al menos sin pedir lo mismo que te han pedido siempre los demás. Molesta que alguien escriba lo que cree que en realidad eres y te cambie el nombre para preservar tu anonimato y te quiera besar sólo con palabras y te quiera hacer el amor sólo con metáforas y te quiera encerrar para sí mismo y para siempre entre los putos barrotes de un montón de páginas. Molesta ser de carne y ficción, cuando el resto es de carne y hueso.
- Vámonos de aquí.
- Pero estás trabajando...
- Vámonos.

Me agarró del brazo y me sacó con fuerza del Dub, casi tirándome por las escaleras. Tres cuadras, (y doce choques) después me detuvo en seco y me abrazó. Me abrazó con la fuerza de un ciclón. Con sus puños cerrados tras mi espalda.

Luego nos miramos durante quince horas (que realmente fueron cuarenta y siete segundos --Dios! La puta relatividad!--), y la besé. Nos besamos suave. Con prisa, pero suave.

Y entonces, en el mismo instante de aquel beso, comencé a sentir algo. Por primera vez, sentí algo. Como una lluvia de hormigas.

1 comentarios:

Anónimo 18 de septiembre de 2009, 14:04  

"Y entonces, en el mismo instante de aquel beso, comencé a sentir algo. Por primera vez, sentí algo. Como una lluvia de hormigas."


Depende de cómo tomes "una lluvia de hormigas" no?

Visitantes de otra jungla

Welcome To the Jungle

  © Blogger templates Romantico by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP