(I) Llegada

Esta entrada esta restrazada, jaja, la capture originalmente en hojas de cuaderno sueltas y es la primer parte de mi mininovela sin nombre. Belem, esta va por ti, te la debo, las siguientes partes las subire proximamente. Sean felices!!!

“Es estrés laboral Damian, tomate un descanso y escribe un bestseller al regreso”, fue lo que escuche antes de que me echaran del edificio, con boletos viaje redondo a Michoacán, comidas y un vale de renta por un departamento a unos cuantos pasos de la playa de Nueva Italia. Solo por llevar un año sin terminar el nuevo libro, me dieron vacaciones subsidiadas a un lugar desconocido, azotado por conflictos civiles y donde me cobran demasiado dinero de roming…aunque no tenga a quien llamar para que sepa de mi.

Lejos está la época en que me recibía como licenciado en Letras Hispánicas de la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, con mención honorifica y dos proyectos de camino a la imprenta: “Reflecciones de un taxista” y “Amor en tiempos de la influenza”, que terminaron entre los primeros 10 libros del 2006, según cierta y famosa revista de letras.

Después de que me corrieran de la oficina del editor, un taxi me llevo al aeropuerto y en un par de horas estaba bajando del avión y subiendo a un jetta blanco rentado por un mes, para llevarme al que sería mi hogar por el resto de julio. El lugar no esta nada mal, como yo lo creía; tiene una habitación con cama Kingsise, un cuarto de baño con jacuzzi, sala, cocina y dos terrazas: la más grande con vistas a la cancha de tenis y a la piscina del edificio (ovalada, con palmeras –de plastico- y una pequeña isla en el centro) y la otra, con vista a la playa.

Durante este retiro pretendo acabar de escribir, de una vez por todas, la novela que llevo cargando desde mi ultima creación. Tengo mi plan hecho: así que por las mañanas me dedicaré a escribir (unas 4 y 5 páginas diarias); en la tarde, corregiré lo escrito durante la mañana y por las noches me emborracharé en cualquier barsillo de la zona mientras tomo notas en un cuaderno, o en servilletas, para el día siguiente.

Mi equipaje (o lo que alcance a embalar), se compone de ropa de baño (es verdad, me habían dicho lo de la playa), ropa normal, protector solar factor 2, mi primer lap, una impresora, un paquete de 500 hojas carta, un par de libretas, una caja de 12 condones (¿optimista?, ¿pesimista?), el ultimo libro de King, un iPod llenito de temas clasificados en estados de ánimo (triste, elmundoesmio, macuerdodeti, baba, meimportaunhuevo, prozac), $10,000 para comida y cerveza, y un par de tarjetas de crédito por si las moscas se beben el presupuesto.

En mi primera salida al Oxxo he conseguido el número de un Dominos pizza, un Sushi Ito, un Benedetti´s, un Fridays, etc. así como la ubicación de cinco bares de copas (para llamarlos lindo) que cataré esta misma noche (para tomar notas, y eso, nunca para tomar).

Y como no concibo escribir sin que sucedan cosas a mi alrededor, buscaré vida más allá del apartamento. Y lo escribiré aquí, en tú blog de confianza vidadeletras.blogspot.com