...es ese puercoespín lleno de púas y suaves pliegues. Carajo, estaba enamorado del DF. Otro amor imposible a la lista.Una ciudad para querer, para querer locamente. En arrebatos...
-Hector Belascoarán Shayne-

Escupiendo Corazones

>> miércoles, 7 de abril de 2010

Lloroso, encorvado y herido de amor caminaba entre calles céntricas desiertas. La historia anterior no es de interés, él solo es un apasionado que se toma las cosas en serio…y al que las cosas en serio lo lastiman. Realmente estaba mal.

Cerca de Palmas, cerca de la media noche, unas nauseas enormes lo invadieron de golpe. Cayó de rodillas y renqueo, ¿qué podía vomitar si no había comido nada en tres días?

Siguió tosiendo y retorciéndose unos minutos más hasta que un dolor punzante en el pecho lo obligo a cerrar los ojos y gritar. Tosió una vez más, sintió la garganta despejada, pero ahora salió algo. Entre lagrimas y los ojos a medio abrir, vio un bulto moverse entre fluidos negruzcos y rojizos , parecía…latir? Se limpio la vista y lo vio ahí, tirado entre adoquines y publicidad política: un corazón humano latiendo. La realidad se volvió un sueño surreal en un segundo. Volteo buscando al dueño del corazón, a algún idiota que lo dejará ahí mientras él vomitaba, una ambulancia, una hielera. Nada. Nadie. Al parecer, el corazón era suyo, cayó de espaldas sin entender nada.

Al cabo de unos minutos se dio cuenta que se sentía bien, que comenzaba a tener frio y que la casa no podía esta sola tanto tiempo. Así que se encamino hacia Bellas Artes, no sin antes haber recogido el corazón y cubrirlo instintivamente con la chamarra.

Llegó al departamento, encontró un frasco grande de cristal y metió el corazón en solución salina, por si acaso.

No podía ser su corazón, no, busco su pulso sin éxito; improviso un estetoscopio con una hoja y un popote, no se oía nada; corrió y salto para agitar su corazón, nada, era como estar muerto. Comenzó a darse cuenta que lo que hace unas horas le hacía sufrir ahora no surtía efecto, comenzó a bendecir aquello aunque no lo comprendiese, fue genial… Guardo el corazón bajo la cama y lo saca de vez en cuando a que le dé el sol, o inclusive a hablar con él, a contarle lo que hacía y no sentía.

¿Qué cómo lo sé? ¿Calles solas? Si, no había nadie…jaja, ¿no comprendes? ¿Tienes un estetoscopio a la mano? Te invito a sorprenderte un poco.

1 comentarios:

Anónimo 16 de abril de 2010, 21:46  

...dónde estás? Regresa de cualquier dimensión desconocida en la que te encuentres, me escuchaste!? porque si no!...sino...yo me muero de tristeza T_T

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