...es ese puercoespín lleno de púas y suaves pliegues. Carajo, estaba enamorado del DF. Otro amor imposible a la lista.Una ciudad para querer, para querer locamente. En arrebatos...
-Hector Belascoarán Shayne-

Las costillas rotas de Adán

>> lunes, 3 de enero de 2011

Te escucho en silencio, cada palabra es un ariete en mi cabeza y cada sollozo son cientos de flechas dando contra mis sienes. Asesino mis cuerdas vocales por respeto a tu duelo antecediendo al mío (la calle no importa, la sangre tampoco, sólo estás tú, lo que me interesa eres tú). Te veo entre nuestras lagrimas y sólo alcanzo a escupir uno que otro “ajá, ajá” junto a borbotones de sangre. ¿Qué puedo decir ahora que parezca reconfortante?

Aquí, viendo la lluvia de estrellas sobre el callejón, no puedo engrapar las fisuras de tu pasado (ni del mío, ni del nuestro), pero sí tenderte un cachito del tiempo que me resta, el tiempo que duren las pulsaciones, o lo que tarden las sirenas en llegar, lo que pase primero pero que prolongue a su vez tus palabras.

Y siguiendo el hilo ahora comprendo por qué me lo estás contando precisamente a mí, un nuevo desconocido debido a los años apartados. Ahora sé que todo tu entorno está implicado, que todos forman parte del problema sin saberlo. Cometiste un error que no te perdonaría nadie de los que dicen quererte… Tal vez te pese más comenzar de cero y huir que afrontarlo o negarlo o esconderlo bajo siete llaves. Aunque ciertas cajas fuertes acaben por oxidarse por dentro y lo pudran todo.

El paso del tiempo cura heridas pero no regenera las mutilaciones del alma. La memoria no siempre actúa como la cola de una lagartija, sino como un miembro que se pierde y nunca crece.

No puedo decirte nada que te reconforte, pero si proponerte algo:

Usar una prótesis que compense el muñón de ese error. Aprende a vivir con tu cojera: hazla sexy. Empieza de cero si es lo que quieres, pero asegúrate de que tu nuevo entorno sepa que la nueva Eva no es la costilla de ningún Adán, sino la que mató a la serpiente de su pasado. Tampoco trates de evitar que esos lindos ojos rojos te delaten. Las lágrimas te sientan bien. Hacen juego con la sangre que baña el suelo y mi camisa (los peritos rodearán con gis las gotitas de lágrimas, como si fuesen pequeños cadáveres junto al mío).

Supongo, ahora que tengo el puzzle resuelto (o que creo tenerlo, realmente, pero dado el poco tiempo que tengo diré que está resuelto), que al haberme afectado cometiendo ese error creíste que disparándome, el error se limpiaría de tus antecedentes. Espero no ser ahora el parte aguas de un mal inicio. Corre, las luces titilan en la calle de junto y los policías comienzan a bajarse de las patrullas. Suerte. Adiós.

2 comentarios:

Le stelle 4 de enero de 2011, 0:29  

Me dejaste confundida con el incio y el final ya no supe quien estaba herido si ambos de diferente manera o quien daño a quien... pero me gusta

Le Chat Noir 28 de septiembre de 2011, 1:16  

Jaja, es relativamente sencillo, son dos tipos de heridas, una de "alma" y otra de fuego. ella tenía la primera y él la segunda. La historia la hice para cierta persona que me disparó hace tiempo.

Visitantes de otra jungla

Welcome To the Jungle

  © Blogger templates Romantico by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP