...es ese puercoespín lleno de púas y suaves pliegues. Carajo, estaba enamorado del DF. Otro amor imposible a la lista.Una ciudad para querer, para querer locamente. En arrebatos...
-Hector Belascoarán Shayne-

Sueños.

>> martes, 24 de julio de 2012


Entró al café y me contó, mientras le servía un Americano frío, que había soñado con una calle en la ciudad. 
Un sueño casi real, una calle estrecha y larga, con vías, con casas altas y rojizas, todas con balcones y bares en los sótanos. Y que al final de la calle, cruzaba otra bastante más ancha y transitada, con una pequeña cafebrería, una entrada de metro, paradas de bicis y de autobuses. Ella me pidió ayudarla a buscar esa calle.
Con la descripción recordé una cafebrería cerrada a unas calles del lugar. Esperamos mi hora de salida y fuimos hacia allá. Mientras la lluvia caía, me contó por qué buscábamos esa calle. 
Durante días había soñado con un hombre. El mismo, siempre igual, siempre, todas las noches. Era un hombre pequeño y delgado, mayor, y que no podía reconocer. Y de repente, soñó con una calle. Vio sus pasos sobre las vías, mientras buscaba al hombre de aquellos sueños. Pensaba que si encontraba la calle encontraría a aquel personaje. 
Después de cruzar un par de calles y doblar algunas esquinas, apareció frente a nosotros un letrero roído: "Cafebrería Veritas". Inmediatamente vi que mi acompañante daba un ligero paso hacia atrás y abría los ojos de par en par. "Es esta". 
Entonces, desde el interior del lugar una bruma negra aparece. La chica atraviesa limpiamente un cuchillo dorado desde mi espalda a mi pecho. Una fuerza extraña golpea la puerta desde el interior y la desprende del marco. Algo avanza hacia mi, es un hombre. Un hombre mayor, pequeño y delgado. La puerta cae al suelo con el sonido de diamantes rebotando contra el suelo.
Plop, plop, plop.
El golpeteo me despierta. Mi gata ha tirado el jarrón con monedas de la mesa de noche. Soñé todo y me duele la cabeza, no recuerdo cosas. No tengo idea de qué pasó ayer.
Buscando la lampara, toco un cuerpo tibio entre las sábanas. enciendo la luz y ahí está ella, acostada junto a mi y desnuda. Ella, exactamente la chica de mi sueño, ahí, dormida y desnuda.
Recuerdo un bar disfrazado de cafetería. Caminé buscando un libro y terminé con una copa entre las manos. Platiqué con alguien y...¿qué tiene ella en la mano?


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