Consecuencia (Secuencia)
>> viernes, 8 de octubre de 2010
Hoy sólo quiero apoyar la cabeza sobre el vientre de una mujer cualquiera mientras ella lee o mira la tele sin hacerme caso, buscar su sexo y que ella chiste y me diga no, y cierre las piernas y me aprisione la mano y me duela tanto la mano que acabe en urgencias, examinado por un traumatólogo bizco (amigo de mi amigo Federico, amigo imaginario). Que el traumatólogo se confunda y me vende la otra mano (por la situación de sus ojos), la que no me duele, la izquierda, y yo no le diga nada por no molestar (sí, así soy….almenos cinco inutos al mes) y salga del hospital con el brazo erróneo en cabestrillo y entre a mi coche y maneje el volante con la mano mala (que aún huele al sexo de la mujer cualquiera que cerró las piernas) y se monte otra mujer tan guapa como me dé la gana y me indique otra ciudad como destino y luego me pregunte por el vendaje y yo mienta y diga que me mordió Jacinto, mi koala, al robarle un par de chicles de bambú.
- ¿Tienes un koala?
- Sí. Lo heredé de mi padre.
- ¿Tu padre murió?
- No. Fue una especie de herencia en vida – (tampoco es cuestión de matar a mi padre, no?).
Que luego paremos en un Oxxo y que, tras el tercer Red Bull, la mujer me confiese estar huyendo de la policía por un asunto de tráfico de almas (roba almas de gente con alma y luego se las vende a políticos, a empresarios y a escritores de libros de autoayuda) y yo reaccione diciendo que no me importa, que sólo quiero apoyar mi cabeza en su vientre, por favor, y ella acepte y me arrastre hasta el aseo de la tienda, se tumbe sobre el mugriento suelo, se suba la blusa y yo me tumbe formando una “T” con su cuerpo y plante mi oreja a la altura de su ombligo y luego busque con mi mano mala, la que duele, su sexo y ella cierre las piernas y…
(…sigue tú la secuencia)