...es ese puercoespín lleno de púas y suaves pliegues. Carajo, estaba enamorado del DF. Otro amor imposible a la lista.Una ciudad para querer, para querer locamente. En arrebatos...
-Hector Belascoarán Shayne-

Circulo de estudio

>> jueves, 28 de enero de 2010

Lunes a viernes de cinco a siete de la tarde.


PD:Agradecimientos a papá que de regalo atrazado de cumpleaños me compró lo que ahora puedo llamar propiamente MI cámara.

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Coleccionista de calzones...

>> miércoles, 27 de enero de 2010

Demasiado perver realmente,
me duele la panza!!! T.T



No tengo que decir nada más, ¿o si?

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>> domingo, 24 de enero de 2010

Sabanas tibias, edredón de plumas y mi cuerpo debajo de ellos, solo. Es medio día, abro con pesadez los ojos y me levanto por inercia. Me siento en el borde del colchón, veo mi departamento. Piso de duela, sillones de terciopelo negro, escritorio de acero y cristal, telones a modo de cortinas, un par de palabras escritas con labial en el espejo de la cómoda. Por una ventana se cuela la imagen del Parque América, uno de los pulmones favoritos de Polanco.

Salgo de la cama y me tropiezo con el almohadón turquesa, el que Nelia prefería morder para ahogar gemidos. Lo lanzo sobre la cama, matrimonial, carmesí, deshecha…hogar de besos, caricias, palabras…nido de orgasmos.

Entro a la ducha, el agua bajando por mi cuerpo hace que los recuerdos fluyan, la inundación del sótano, las copas después de cada representación, mi cuerpo y el de Nelia fundiéndose dentro de esta misma tina…Nelia, mi ex novia, con quien terminé en noviembre dos años de relación…las gotas de agua me recuerdan sus lágrimas. Toda referencia a ella me trae recuerdos tormentosos…sexo con llanto, esperma y lágrimas.
Un flash back casi me ahoga.

Era casi el final de la relación, estaba sobre ella, penetrándola. Iba a besarla, tenía los ojos cerrados, pero con mis labios pude sentir su cara húmeda. Lloró y lloró…
-¿Qué pasa?- Pregunté asustado.
-Demasiados sentimientos- Contesto, evitando mi mirada.
La acaricié, seguí con la monotonía del misionero y termine…no se enojo, no se corrió, nada.

Dos semanas después, termine en la cama con un compañero del reparto. Al término de una obra y su subsecuente fiesta, lo invite a tomar un trago. Puse el último disco de Sabina, de ahí a Serrat, y después a Páez. A las cuatro de la mañana fingimos cansancio. Cerca de las once despertamos, la cabeza de Daniel descansaba sobre mi pecho, él despertó antes que yo y escuchaba mi corazón. Se acerco y me beso, Me dijo que desde los ensayos quiso estar conmigo, que el beso en los camerinos lo hizo desearme, pero que la pena se lo impedía. Con un movimiento seco se sentó sobre mi pelvis y se inclino para besarme. Estuvimos así veinte minutos, desnudos, extasiados. Se comenzó a mover sobre mí, lleve mis manos a su cadera…después lo penetre, se masturbaba, termine en media hora y él en seguida. Se rindió sobre mí, y el sueño nos sorprendió de nuevo, uno sobre el otro.

Despierte esa mañana y deje a Daniel durmiendo, Se me hacia tarde para el ensayo de la obra nueva. En la recepción de la escuela veo a Katia. Ella me llama la atención, no es su físico, ni su belleza, es su inteligencia que me mueve algo por dentro. Ser bisexual no es ser homosexual, no es ser oportunista, mucho menos pervertido y raro.

A lo largo de mi vida 9 mujeres y cuatro hombres…se podría decir que no está mal.

Anoche no hubo ensayo y fuimos a algún bar, baile con Flor y la invite al departamento a tomar una copa, el whisky dio paso a los besos, estos a las caricias…después le fui quitando la ropa. Morena, de caderas antojables, y cabello tan negro como el terciopelo del sillón donde la desnudaba, se sentó sobre mi y llevo mi sexo hacia el suyo, bailo sobre él. Cantaba bossa-nova en mi oído mientras gemía. Le gustó como me movía, me gustó como gemía. Llego al orgasmo mientras yo estaba arriba, clavo sus uñas en mi espalda y la penetré por completo, grito, me vine dentro de ella.

Desperté hoy, mire el departamento y tome una ducha…El día es largo, y he perdido ya mucho tiempo acostado. Hay ensayo y volveré a ver a Flor, parece que quiere repetir la experiencia, según lo que leo en el espejo.

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De Amores a Primera Vista..

>> jueves, 21 de enero de 2010




Imagina que nada más cruzar nuestras miradas me enamoro perdidamente de ti, del marco de tubos y personas del metro que te rodean, de tus ojos, de tu aliento, de tus flechas o de lo que fuera que tuvieras distinto al resto de mujeres en el vagón, en el mundo.... Imagina que, víctima de ese embrujo, tropiezo con tu archivero a propósito, entablo diálogo, bromeo y accedes a tomarte un café conmigo, una cerveza o una puesta de sol (aunque sólo fuera por la incertidumbre de mi tibieza). Que consigo descifrar y decirte lo que necesitas oír y manejar los tiempos según tu prisa. Que la primera cita se convierte en una segunda, y la segunda en quinta (en proporción directa al aumento en intensidad de nuestros ritmos cardiacos-como amo eso-).

Imagina que, tras los citados trámites, consigo que tú también te enamores de mí (aunque a un ritmo más lento), que aquel trayecto iniciático, al fin, se convierte en deseos (uno por cada estación, 13, de Hidalgo a Copilco). Que arriben sentimientos mutuos y un futuro convertible en presente perpetuo. Que acabamos viviendo juntos, compartiendo hipoteca, genes, bienes gananciales y champú. Que tenemos tantos hijos como tú quieras y tantos nietos como nuestros hijos quieran:

De la línea 2 a la 1, de la 1 a la 3, de la 3 de nuevo a la 2 y de ahí al panteón familiar.

Sólo quiero decir que la incertidumbre y el azar puede hacernos cambiar de vida en cualquier momento: Siempre hay que estar alerta, despiertos (incluso en sueños). Inyecciones de LSD en cada ojo. Como metáfora, claro.

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Invierno Anterosuperior

>> miércoles, 20 de enero de 2010

Estaciones de Tlalpan, monotonía en la vida, tristeza y pesadez en los ojos de tus compañeros de viaje. Observas el reloj de pulsera que ella te regalo cuando se amaban, cuando el verse era sinónimo de emoción y tranquilidad, cuando esta carrera valía la pena.

-¡Mierda!- 15:13, hace trece minutos debías estar en la terminal del metro, y aun te falta más de la mitad del recorrido en el tren ligero, suspiras, hechas la cabeza hacia atrás. ¿Por qué vas? Ya no sientes nada, no te mientas, hazlo con ella si quieres, pero no contigo.

¿Que es sólo sexo?...más te vale.

Matas el sonido del tren sobre los rieles con el iPod y el nuevo disco de Trovador que fueron a ver juntos, te pierdes en sus letras, piensas en otra…piensas en otra…¡Bien! ese es un paso, el siguiente…disfrutar de la piel sin involucrar químicos que no sean semen y fluidos vaginales. Todo fuera de tu cuerpo y no dentro de tu cabeza, nada de feeling, nada de sentimientos, quizá un “Te amo” fingido. Mentiras despiadadas, camuflajeadas entre besos.

Llegas a las tres veintinueve de la tarde, ella te espera bajo el reloj de la estación, te acercas y sonríe, le sonríes al piso. Estas a punto de detener el reproductor pero un impulso te detiene “que piense que aun le importas, no detengas el iPod, no te quites los audífonos”, te impulso a pensar, se levanta y te besa…se nota triste ¿importa?. “Que espere que una de esas canciones está dirigida a ella, que aun le importas, miente sin hablar”. Ella cae en mi trampa, cierra los ojos mientras termina el beso, observa los audífonos, te quita el izquierdo y te mira a los ojos, (no sientes nada…¡Bien!).

-¡Fernando Delgadillo!- Dice con el entusiasmo que se aferra dentro de ella, la esperanza de que aun la quieras- Este disco no lo conozco, ¿es nuevo?
-Si…Desde La Isla Del Olvido lo compre en…-¡Ja! “Olvido”…esto del destino es gracioso-…plaza Universidad- si, cuando saliste con Dafne…mmm...eso no se lo digas.
-¿Me lo prestas un día?
-Seguro- eso no es mentira, solo… no sé, pero no es una mentira.

Te toma de la mano, te aprieta, tú no lo haces. Caminas esbozando una sonrisa falsa hacia las puertas del metro, entran y la besas. Se sonríe, acaricias su mejilla, la despeinas y cierras los ojos, quisieras que todo este teatro termine cuando abras los parpados, que ya estén en un hotel, desnudos y en extremos opuestos de la cama…o de la habitación si es posible, pero todo tiene un precio, no siempre monetario, un balance en el intercambio.

El precio de hoy es una salida al parque. Te guía de la mano y busca tus labios, se topa con una carcasa automática, que aun así besa bien. Juegan, ligeramente pesado, no necesitas el cinturón para sujetar los pantalones tan ceñidos. Se queja con el primer golpe, se apena pero aun así ríe, te besa. Da gracia como intenta hacerte daño, sangras pero no duele, el dolor físico no llega a ser tanto como el interno. Pasan cuatro horas, son las 19:32. Mientras rasguña tu espalda lames su cuello, se excita, discretamente cuelas una mano bajo su blusa, se mueve, le gusta

-Vamos- dices y te levantas con un dolor en la zona baja del vientre.
-A un…-no lo dice, le apena.
-…Hotel- terminas la frase.

Caminan hacia la avenida y ven un hotel de tres estrellas, y con un rotulo en la fachada que anuncia una promoción “Noche $350, Televisión por cable, Jacuzzi, cama masajeadora, espejos en un costado”. Lo señalas con los ojos, te vuelve a besar y apretar la mano, entran, pagas, suben al tercer piso, al cuarto 312.
La recompensa llego, el producto adquirido.
Tiempo muerto.

Tres de la mañana, terminan en un estruendoso grito, caes rendido a su lado, te vuelve a besar (parece una extraña costumbre, ¿no? tomando en cuenta que sólo es una “amiga”). Acaricias su cabeza “pobre niña ingenua” piensas. Cierras los ojos, ella se recuesta sobre tu pecho buscando el latir de tu corazón, esperando ser ella quien lo impulsa a moverse. Ella no lo sabe, pero hace meses que te abriste el esternón con un hacha, que sacaste el corazón, lo lanzaste por la ventana para que se lo tragaran los perros y anudaste las arterias para no morir por una hemorragia interna.

La noche es fría, el invierno más extraño que has visto en tu corta vida, el viento gélido se cuela por una ventana rota y se anida en la cama. Ella tiembla, no por la corriente helada, sino por el invierno crudo que ahora es tu interior.

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Anuncio de Ocasión

>> lunes, 18 de enero de 2010

Aquí no se cobra por el espacio utilizado pero quiero ser breve.

Chico raro, extravagante y medio sociopata busca chica dulce de 15:00 a 20:00, e intima de 20:00 a 10:00 horas. Más información, aclaraciones y entrega de solicitudes/respuestas en el blog de siempre, el messenger de siempre y el nuevo facebook. Gracias

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Historia Inconclusa (terminada...más o menos)

>> domingo, 17 de enero de 2010

Nuevamente frente a tu casa. Calle empedrada, paredes blancas, adoquines negros, tejas azules y ventanas amplias…como tus ojos. Vida dentro de ella, música de acetatos, vida segura, hermética, ajena al mundo que la rodea. Habitación superior derecha, la tuya. Tu cortina, cerrada como siempre, tu vida, ajena a la mía, como siempre. Caminé sobre un camino imaginario de rocas que deletrean tu nombre, anduve calle abajo, esperanza abajo…así no se llama la calle ¿verdad?

El bar que remata la calle sí lleva ese nombre. Extraño, pues ahí dentro la esperanza ha muerto…o no vivió nunca.

Entré como y junto al aire…sin llamar la atención de nadie, todos vienen aquí a estar solos. Pedí un vaso de vodka…vodka…vodka…boca. ¿En que bar consigo copas rebosantes de tus labios? No los comercializas, los intercambias, han sido míos….en parte lo siguen siendo…quiero más. Camino hacia mi esquina, la que huele a fresno, sal y cloro…Te quiero sólo para mí. Me has llamado “tuyo”… ¿Por qué no he de decirlo también? Tú quieres decirlo y saberlo real ¿verdad?

Se abren las puertas, entra una ráfaga de aire que se cuela por mi camisa, alzo la vista junto al vaso…te veo a través del fondo distorsionado. El aire trae hacia mí tu aroma, se mezcla con el olor seco del vodka, me gusta. Buscas una mesa. Caminas a mi rincón. Bajo el vaso cuando estas frente a mí. El mundo se congela. Ladeo la cabeza. Sonríes. Te invito a sentarte. Me besas…

Una historia más donde somos protagonistas, una más. Las historias se repiten, pero ninguna termina. No hay final abierto, simplemente no hay final, nunca hay final. ¿Escapamos del final? ¿Somos mutuamente cobardes? ¿No existo en tu final y viceversa? ¡Responde!

La historia…creo que ninguna ha sido parecida a esta, discúlpame por soñar.

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()

>> lunes, 11 de enero de 2010

No puedo dormir...me siento inquieto, quiero saltar (la ventana no es opción), fgritar...quiero matar a alguien, esto lo escribi hace tiempo, temo que si escribo algo en mis condiciones haga sangrar las teclas. Perdonen las palabras "feas", pero sin ellas no son posibles textos como estos

Resulta extraño cojer con alguien que deseas.

Que físicamente deseas y sin embargo no te puedes permitir querer, ahora no, no después de lo que hizo, no.

Y acariciarle los senos con lujuria contenida pero con rabia, con ganas de provocar en ella y con tus propias manos un dolor físico proporcional al dolor que ella misma te ha creado por dentro.

Intentando pensar con la cabeza, con la verga, aunque el corazón quiera abrirse camino por cualquier rendija, aunque ella se muestre entregada, sumisa y te diga “haz conmigo lo que quieras”.

Aunque hoy, ahora, puedas permitirte realizar todas tus fantasías con la mujer de tus sueños, una mujer perfecta, de senos perfectos, de curvas perfectas, de movimientos perfectos, coordinada y sumisa sólo para ti y en tu misma cama, sin prisas, pero que bien podría clavarte un puñal por la espalda en cuanto cerraras los ojos, ya lo hizo una vez.

O volver a romperte un corazón que ahora intenta recomponer a base de gemidos y besos y movimientos pélvicos, aunque te diga al oído que te quiere justo antes de meterte la lengua, como si con ello quisiera humedecer sus palabras, “te quiero” y de repente un gemido, “te quiero” y otro gemido y otro y otro para acabar diciendo “voy a correrme, ()” y no querer que se corra ni ahora ni nunca porque no se lo merece, no se merece disfrutar de ti, tan sólo de tus uñas, de tus dientes...¡de mis uñas y mis dientes chinga!
Parar en seco y que te diga que ahora no, que siga, “sigue, por favor”, que te implore continuar penetrándola y aun así parar, justo en ese mismo instante, apartarte de su lado y decir “lárgate”, y que ella te diga “no me hagas esto ()”, y tú insistas en que se marche de tu cama, de tu casa y de tu vida: Largo de aquí.

Suena un portazo y entonces comienzas a masturbarte para acabar lo que nunca tenía que haber empezado.

Piensas en ella, en su mismo cuerpo desnudo que hace apenas unos segundos gemía y se retorcía debajo de ti. Pero no puedes evitar sollozar, lloras mientras te masturbas

y sin embargo consigues correrte, ahora sí, y te limpias con el mismo pañuelo las lágrimas de tus mejillas y el semen de tu vientre y lo miras y en su mezcla encuentras, al fin, la esencia de tu vida, lo que siempre ha sido tu vida.

Sólo eso.

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Un Encuentro Olvidado

El siguiente escrito es una colaboración (la primera, de hecho) que se hace para este blog. Quien la escribe no debe ser ajena a nadie, se trata de Tessaiel, mi pequeña Teresa, gracias. Esperamos sea de su agrado

La luz brillante de invierno que se proyectaba sobre la acera mientras el frío cortaba la piel así, un día de esos de enero, un día antes de mi cumpleaños por lo que dijo mi abuelo, Se abrió la puerta y una sombra con gabardina y capucha recortó la luz que se veía por la puerta de cristal de la oficina, entró, haciendo sonar la campanilla, mi abuelo, se levanto del asiento vestido como era habitual en el trabajo de mariachi y saludo a la persona envuelta en terciopelo negro, esta, se quito la capucha lentamente revelando una cabellera rojo sangre y unos ojos grises que le desconcertaron y habló, mi abuelo no recuerda mucho pero sí recuerda a esa mujer, sus ojos profundos, la mirada dolida, piel de durazno y labios seductores , le preguntó si me conocía; mi abuelo dijo que sí, que quién era ella.

—“Esto es para él” — respondió.

Sacó de entre sus pliegues un paquete envuelto en tela y amarrado con un cordón, lo dejó encima del escritorio de mi abuelo, miró la estancia con tristeza y salió, cubriéndose de nuevo el rostro con la capucha, perdiéndose entre la gente y la brisa helada.

El paquete apareció en mi escritorio a lado de mi violín al día siguiente, yo llegaba de la escuela, era aun temprano lo abrí sin saber que pensar, dentro encontré un libro: “Violín” se llamaba y en la primera página estaba una nota que aun guardo en mi memoria.

“En esta novela se unen las notas de un violín y lo misterioso de la magia, en una amalgama perfecta...
Quise hacer lo mismo con nosotros pero no lo logré, sin embargo, quiero que a tu vida nunca le falte esto... magia”


Y le recordé…
Recordé su piel tersa moviéndose a mi compás
Recordé su risa fácil, su forma tan extravagante de pensar, su libertad, su amor por la música como en una carta, la última vez que nos vimos me dijo que me amaba hace más de 10 meses.

Cómo su seguridad me abrumo al verla caminar en aquella boda a la que yo fui a tocar con, irónicamente, mi violín; con su vestido rojo tornasol, cambiaba dependiendo del lugar donde le llegara la luz, a veces rojo sangre, otras rojo brillante y mil veces más rojo carmesí pegándose a sus curvas cerradas, se veía hermosa .
Recuerdo que era fácil que se perdiera en sus pensamientos mientras no hubiera nada que decir…

Recordé sus cabellos alborotados mientras la hacia mía, sus labios hinchados de tanto besar, sus pupilas dilatadas, caricias, sus senos turgentes, la calidez de su sexo, nuestros latidos fuertes y al compás, sobre la sábanas blancas de ese hotel, también recuerdo que tuve que llamar a mi novia mientras estaba con ella… en mi mente vi la desfiguración del dolor en sus hermosas facciones al escucharme decir a mi novia que la amaba por teléfono; vi como su cuerpo se estremeció bajo las cobijas al meterme en el lecho después de la llamada, pero nunca supe si fue por lo frio de mi piel después de estar expuesto o porque la atrape conteniendo el llanto .
Sí, la recuerdo ; como se recuerda un sueño olvidado y ella aun me recuerda; aún se acuerda de mi cumpleaños; después de que me acosté con ella y que, según yo le había dejado en claro que solo era sexo… las llamadas, los mensajes, cesaron, la borre de mi celular, de mi piel, de mi corazón de mi memoria olvide según yo, todo rastro de esa aventura, era una solo una la que me importaba y no era ni es ella.

Se que le dije que no todo iba muy bien con mi novia y se que la lastimé cuando ella me dijo mientras me abrazaba, que se alegraba de verme más de lo que me imaginaba y yo le conteste que era más de lo que yo me alegraba.
Le dije que no sólo me acerqué a ella por su físico o sólo por sexo, al parecer al final, aunque no era mi plan, le mentí… me mentí.

Sí, así fueron las cosas y de nuevo en un arrebato de su espontaneidad me ha regalado algo cuando menos me lo esperaba, hoy, aunque la haya olvidado, recuerda mi cumpleaños, sí, es cierto que la había olvidado, con este regalo, presente inesperado ha lo grado que no la olvide del todo, al parecer yo me instalé en su vida, así, como el cuadro que me dio la última noche que la vi; mentiría si digo que me arrepiento de haberlo hecho, nunca sabré si ella me perdonó, o cree que hizo algo mal, no lo sé y la verdad no quiero saberlo…

Cómo me dijo un amigo del CCH

El tiempo en que olvidas a una persona es inversamente proporcional a cuanto le quisiste

Lamento haberla querido tan poco. Sinceramente.
En fin Para mi ella será un recuerdo guardado….


Para ella yo soy un recuerdo que preferiría que olvidara.

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Llueve (en mi cabeza lo hace)

>> sábado, 9 de enero de 2010

Llueve. Se forma un cuello de botella, las llantas de los autos se extrangulan contra el cemento, las manos de los conductores lo hacen contra los volantes y pierden la ronda. Sigue lloviendo.

No puedo moverme pero la lluvia se mueve, me mueve por dentro sin mojarme por fuera del interior de este auto: La lluvia cae, mi piel seca y mis adentros encharcados, ¿alguien puede explicármelo?¿ Es cómo la ley de los vasos comunicantes pero entre mis Nike y el hule del tapete?, ¿no? es eso, ¿verdad?

Acciono el limpia-parabrisas y trago a la vez. La lluvia está fría y duele al pasar por la garganta. Las gotas no se mezclan al juntarse (como si fuesen “aguas distintas”, violadoras de la lógica de los enlaces), no, sólo chocan entre ellas como si fueran de cristal, y algunas se rompen, sí, y me desgarran la tráquea y la sangre me ahoga, no puedo respirar, ¿quiero respirar? ¿necesito respirar? y pienso en llamarte pero mis dedos son mucho más orgullosos que yo, y grito tu nombre pero solo salen pompas sordas de sangre cuajada que, por supuesto, no te llegan, nada te
llega aunque no seas sorda, ni ciega.

Nada te llega porque la vida me ha hecho tímido, arrogante, hermético, desconfiado… pendejo. No has sido tú. No he sido yo. Ha sido la vida, ¡no! ha sido la lluvia. Valiente excusa (puta excusa).

Y de seguir así, ahogándome sin llamarte, sabrás de mí por mi obituario (¿qué diría mi obituario?...mentiras, supongo), o por mis comentarios de detectives. Porque te reemputan mis libros de detectives, ¿verdad?, parece repelente cuando nombro a Holmes, a Belascoarán, a Burçak, o a cualquier otro pendejo o deductivo, o inductivo, o terco ¿verdad? Por eso no puedo ni quiero dejar de llamarte, y te llamo:

- ¿Dónde estás?
- En el metro, camino a Chabacano
- ¿A qué hora llegas?
- A las dos y cuarto.

Ni siquiera son las doce. ¿Podré aguantar sin ahogarme hasta entonces? ¿se pondrá mi cara azul? ¿me seguirás queriendo aun transformado en un puto pitufo de un metro setenta? ¿serás capaz de tragarte el agua de mi lluvia? ¿querrás ser el filtro de mis impurezas? ¿será tu sonrisa el sumidero que necesito?

¿Llegarás a perdonarme todo el lodo acumulado?

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Desde su cielo/Elle me soigner

>> miércoles, 6 de enero de 2010

Darse de frente, sin querer ni buscar, contra un recuerdo doloroso o triste es una forma un tanto cruel de hacer el amor con el pasado. De besar viento, de abrazar sábanas frías, de acariciar telarañas en busca de su cabello, de dejar escapar una lagrima con aquel Carolina Herrera, de gritar sin que, quienes te rodean, sepan un comino que es lo que estas sufriendo, de seguir llorando su pérdida… de dormir con fantasmas.

Hubo una carta, doce películas, veintitrés canciones y un centenar de momentos, mil recuerdos que no necesitaron escribirse, una canción ( escuchada en algún reproductor de música ajeno, en una calle transitada de espectros)




Muchos de los recuerdos no son tan relevantes al tener contacto continuo con ellos, la canción…más de dos años de no escucharla, ni recordarla, ni de querer recordarla (obligándome a cambiar de pista en el DVD de Barakaldo/D.F.).

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Visitantes de otra jungla

Welcome To the Jungle

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